Se despertó esa mañana con los pies pegados al techo, intentó despegarlos y volver a su posición habitual. Le fue imposible. Saltó una y otra vez intentando aferrarse a cualquier objeto colocado en el suelo, aquel que hasta entonces lo había sido, pero una fuerza imanada lo empujaba siempre en dirección hacia el techo. Cansado de esta situación intentó evadirse de ella. Para ello fue dando pequeños brincos hasta alcanzar la ventana. Salir al exterior significaba liberarse de esa gravedad. Lo consiguió, por fin pudo deshacerse de esa presión. Desde entonces sigue impulsado por el espacio esperando que la fortuna le permita encontrarse con un planeta en el que poder establecerse.
Perdón por la osadía y por el destrozo. Este simulacro de cuento por mi parte, no es más que un resumen con mis palabras y sin representación alguna ni gestos, de un cuento de todo el compendio con el que nos obsequió Rubén Martínez Santana dentro del Festival de la Oralidad, en sus denominados “Cuentos Digitales”. Seguro que pensaréis, estos cuentos deben ser muy cibernéticos, relacionados con las nuevas tecnologías, o motivados por sombras chinescas como pensé yo previamente. Mac! Craso error, cuentos digitales se debe como bien explicó Rubén, a que todos los cuentos son narrados por los diez dedos de ambas manos, sin ninguna sombra ni ordenador. Resulta asombroso como el movimiento de los dedos puede escenificar tantas ideas. Un espectáculo excelente con el que disfrutamos todos. Que pena que termine el Festival y no haber podido acudir más días!
Perdón por la osadía y por el destrozo. Este simulacro de cuento por mi parte, no es más que un resumen con mis palabras y sin representación alguna ni gestos, de un cuento de todo el compendio con el que nos obsequió Rubén Martínez Santana dentro del Festival de la Oralidad, en sus denominados “Cuentos Digitales”. Seguro que pensaréis, estos cuentos deben ser muy cibernéticos, relacionados con las nuevas tecnologías, o motivados por sombras chinescas como pensé yo previamente. Mac! Craso error, cuentos digitales se debe como bien explicó Rubén, a que todos los cuentos son narrados por los diez dedos de ambas manos, sin ninguna sombra ni ordenador. Resulta asombroso como el movimiento de los dedos puede escenificar tantas ideas. Un espectáculo excelente con el que disfrutamos todos. Que pena que termine el Festival y no haber podido acudir más días!