lunes, noviembre 28, 2005

Copias


La puerta se cierra levemente. Es una puerta anciana, como la fachada del centro, por ello al chocar con el pestillo provoca la vibración del cristal que rodea la misma. Por el umbral aparece su figura. Camisa a cuadros y sudadera que le protege del frío, ese aire gélido al que no está acostumbrado. También le protege de las malas intenciones. Con la sonrisa y la cartera a cuestas sale de la mano del pequeño. Dicen que el papá de Saïd fue arquitecto en su pasado reciente. Un día la llamada de la tierra le hizo salir rápidamente en busca de un horizonte mejor. No fue una salida sencilla.

No fue el primer colegio que visitó, pero si el primero en el que consiguió una promesa de escolaridad para su hijo. Rechazado por los centros privados, a pesar de su capacidad económica adquirida por su profesión de antaño, sólo por no cumplir los mandamientos propios del centro. Aquellos que sólo la vista de la gente divina es capaz de captar.

Cada día Saïd sonríe y disfruta en su clase. Absorbe cada palabra y gesto del resto de sus compañeros. No se trata de una clase homogénea. En ella se puede escuchar alguna palabra en distinto idioma, celebrar distintas festividades, cultos, incluso probar distintos manjares de todos los rincones del planeta. La clase de Saïd está formada por niños rubios, morenos, altos, bajos, morenos de piel, de raza gitana, magrebíes, procedentes de Rusia, Sudamérica o de la casa vetusta del mismo barrio. Es un continuo intercambio cultural del que inconscientemente ellos van aprendiendo. Aprenden a tolerarse, a entenderse y probablemente puedan vivir en una sociedad multicultural más comprensiva.

Mientras tanto en el colegio privado siguen dando clase. Selecta por supuesto, pero ni mejor ni peor. Sin embargo, el papá de Saïd se alegra de la decisión tomada. Sabe que el mundo que espera tanto a su hijo y al resto de niños será mundo heterogéneo, multirracial. Sabe que el día de mañana estos niños se tendrán que enfrentar a una sociedad en la que no todos serán rubios, ni altos, ni con la capacidad económica que el director del centro que le rechazó pretende. Sabe que ahí es donde radica la diferencia; la verdadera riqueza de la educación para la vida.


(Fotografía: Robert Doisneau)

Paranoias nocturnas. Bruixot, 28 noviembre 2005

viernes, noviembre 25, 2005

18 segundos


Hoy es el día internacional para la eliminación de la violencia de género. Pese a que los estudios reflejan que en lo que va de año se ha reducido un 10% el número víctimas en España, la cifra sigue siendo aún escalofriante en un país desarrollado en el que la mujer no vive subordinada al hombre como puede ser en países africanos y asiáticos en los que no tienen derecho a opinar y en el fondo ni a vivir. No en vano, cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo.

Las últimas leyes y reales decretos son pinceladas para intentar enmendar un problema palpable en nuestra sociedad. Visto los estudios, su fruto, aunque sea mínimo ha dado, pero todavía está lejano de lo que debería ser su eficacia. Quizás no sea cuestión de ir ampliando el número de leyes, que es una medida muy positiva siempre que se preserve la seguridad y la independencia de las mujeres contra el monstruo masculino, pero es posible que el mayor efecto se lograra si las medidas se tomaran a tiempo y las sentencias no fueran benévolas, pues aún en pleno 2005 sigue habiendo juicios en los que el maltratador sale bastante airoso, burlando a su pareja y a toda la sociedad.

Pasito a pasito se van logrando logros, mientras tanto en esta travesía van quedando víctimas, debemos exigir una mayor celeridad a la hora de proteger las mujeres, la eficacia de las mismas y una jurisprudencia acorde con la sociedad en la que vivimos y la problemática actual.

Desde aquí mi más sincero apoyo a todas esas mujeres maltratadas y no maltratadas, estoy seguro que si gobernáseis el mundo iría mejor.


(Foto Iván Hidalgo. 18 segundos Exposición Fotoarte)

jueves, noviembre 24, 2005

Abracadabra


Un ensordecedor rumor de aplausos abrigaba las paredes del teatro. El haz de luz se centraba en él. Camisa blanca y pantalón negro, todo un clásico. Del fondo de su chistera hizo aparecer una paloma. La sujetaba con ambas manos, sonreía y la lanzó al público. En un instante colocó su chistera sobre su cabeza y agarró con su mano derecha la varita mágica que tantas alegrías le había proporcionado.

Tras un efímero batir de alas, la paloma se posó en su hombro derecho. Este gesto provocó suspiros de asombro desde las butacas rojas que cubrían el teatro.
Juguetona, ella acercó su pico a su oreja, nadie pudo percibirlo, era considerado como una parte más del truco. Le susurró dulcemente al oído “Vente conmigo, hay un lugar en el palomar del parque donde todavía se puede soñar. Recuerda que nosotras fuimos las mensajeras de las magas del norte; las brujas”

Mario le siguió en su vuelo, desde las alturas veía el arco iris que forma la naturaleza. Un poquito de verde, otro de marrón, una lámina de azul y tras su espalda el amarillo protector del sol.
En el parque esperó sentado en un banco. Trozos de madera en los que se podía ver a una mujer enfrascada en la lectura de una novela, o escuchar las historias que un abuelo contaba a su nieto, o sentir el calor de una pareja de adolescentes al descubrir el amor. Desde allí respiraba tranquilidad, parecía que no existiera nada más en el mundo y que viviera en una amplia armonía con el entorno y consigo mismo.
Se levantó y tras flexionar sus rodillas acerco sus labios a la fuente, un agua pura y fresca que le proporcionaba energía para poder continuar. Era curioso, pues con el paso de los años el agua no había perdido la costumbre de jugar con él dejando el rastro de su camino hacia los labios marcado sobre su cara. Incluso las gotas jugaban a ser pendientes en los lóbulos de sus orejas. De regreso al banco observó las piedrecitas del suelo, los niños corretear, las madres con las carteras y meriendas...

La paloma regresó. Lo introdujo en el palomar una vez abiertas las ventanas. En el centro había un tablero parecido al juego del ajedrez, pero cuyas piezas eran figuras muy variopintas que no lograba a descifrar. Algunas tenían forma de caracola, otras de estrellas de mar, otras eran nueces, lápices de colores, golosinas...
- ¿Y todo esto qué es? -Preguntó Mario-.
- Eso son segundos. No son perceptibles a la vista humana pero nosotras las palomas si que podemos captar las imágenes. El conjunto de fichas son tus segundos vividos. Cada ficha que tomes te restará una cantidad de segundos de tu vida. Ven y prueba.- le animó la paloma-

Mario se acercó e introdujo una de las piezas entre los dedos de su mano. Tenía la forma de una golosina. Con la otra mano agarró otra con forma de caballito de mar. Estaba sumido en la inconsciencia, escuchando el silbido de las aves mientras su mente se llenaba de imágenes. En ellas Mario se encontraba en el parque, se escondía tras los árboles mientras jugaba al escondite, o corría para que sus amigos no le pillaran mientras jugaba a tula venenosa. Se guardó en los bolsillos las figuras y volvió por otras dos. Esta vez con forma de caramelo y otra con forma de canica. Percibió un Mario más niño, en cuclillas con las manos llenas de migas de pan, dando de comer a las palomas del parque.

- ¿Te acuerdas Mario? Desde pequeñito mostraste tu magia hacia las palomas.
- Quiero quedarme aquí, ¿Qué puedo hacer para no marcharme?.
- Es imposible quedarte, pero la palabra imposible no existe en magia. Te guardarás las piezas en los bolsillos y siempre que puedas podrás regresar, sólo tendrás que cogerlas con tus manos. Ahora es tiempo de regresar.

El público permanecía intacto, atónito, nadie se permitía el lujo de parpadear. En la vida habían visto a nadie desaparecer del escenario. De repente una nube de polvo rodeó el centro del estrado. De blanco y negro clásico apareció el mago con la paloma en el hombro. Los aplausos se mezclaban entre sí, era el truco de magia mas prodigioso jamás visto. Bravo! se escuchaba en cada rincón del patio de butacas. La paloma le guiñó un ojo a Mario. Mientras la visión de los humanos era incapaz de captar al Mario mellado, de baja estatura y con las piernas llenas de morados...

- ¿Dónde habrán guardado sus sueños para no verme? – dijo Mario-.
- Los sueños siempre están aquí, sólo hay que tener la intención de verlos. Mientras tanto, nunca dejes de soñar.



Paranoias nocturnas. Bruixot 24 de noviembre de 2005

martes, noviembre 22, 2005

Mamá comprame unas botas


No era época de rebajas, ella lo sabía. Pese a ello iba sorteando los escaparates de la ciudad buscando tras los cristales unos zapatos que pudieran ir a juego con sus vestidos, aquellos que fue acumulando con el paso de los años, como quien acumula apuntes o libros, una vez usados pasan al mayor de los ostracismos conocidos.Se guiaba por el suelo de los escaparates y aquellos cuyo color le gustaba eran el presagio perfecto para encontrar ese calzado buscado, como una Cenicienta pendiente de encontrar su príncipe deseado.

Entraba en una y otra tienda. Se probaba un modelo. Le indicaba a la dependienta que le sacara la parte amante del par. Era todo un rito: pasearse por delante de los espejos sabiendo que se veía a sí misma y que algunos ojos ajenos se fijaban en ella. Lo sabía y le gustaba compartir ese momento con personas capaces de derramar, en tiempos individualistas, unos segundos en ella. Era tan humilde que apenas podía plantearse la compra de las plantillas de cualquiera de los pares que se probó. Pero ella se divertía.

Salía a la calle, el aire le recordaba que se acercaba el invierno, que siempre olvidaba la bufanda y que como cuando era niña, en la esquina vendían castañas dentro de un cucurucho de cartón. Partió una con los dientes mientras el bolso comenzó a sacudirse. Se aproximó el auricular al oído. Le llamaban para confirmarle la fecha de su exposición, aquel estudio sobre Kipling en el que tantos años había trabajado.

Entró en otra tienda más. Echó un vistazo rápido, se sentó en el taburete tapizado en negro mientras se desataba los cordones. Alguna vez le hubiera gustado ser un cordón, se los imaginaba tan platónicos siempre unidos e inseparables a su par, juguetones, felices. Descalza se probó un zapato negro, luego uno blanco, uno con tacón, otro forrado en terciopelo. La dependienta no sabía que hacer para satisfacer sus gustos. Cuando se disponía a salir, de reojo observó un par que se encontraba arrinconado, donde la vista no podía llegar a alcanzarlo. Le sedujo desde el primer momento, como los grandes amores, siempre nos observan desde el silencio pero se escapan a nuestros sentidos. Eran rojos, un rojo muy claro sin llegar a ser rosa o fucsia ni la fusión de ambos.
Hizo el ritual de siempre. Pie derecho, paso izquierdo, mirada en el espejo y vuelta. Le sentaban muy bien, realzaban su figura femenina además de combinar con sus faldas, camisas y cinturones.

“No podré comprarlos, no tengo ese dinero” le dijo a la dependienta.
“Tómalos, esta noches llegarás a ser princesa “ dijo la vendedora.

Sonrió mientras la dependienta le devolvía una sonrisa de la que se escapaban mariposas cuyo vuelo salpicaba motas de polvo de estrellas.

Le decisión fue difícil como todo amor, pero al final Carolina se decidió por los zapatos rojos. Ella no lo sabía pero esa noche el mundo se pararía mientras las calabazas se convertirían en carrozas. Por supuesto el príncipe rojo no faltaría a la cita de media noche. Desde ese momento había nacido Cenicienta.

(Foto Ruzqui). Gracias!

Paranoias Nocturnas. Bruixot 22 noviembre 2005

Otro siglo más



Últimamente los siglos pasan muy rápidos, en 365 días han pasado como mínimo dos si nos atenemos a esos partidos en los que todo el país está paralizado a la espera de que el árbitro por mediación de su silbato indique el inicio de la contienda. Van siendo varios siglos en los que me niego a pagar por ver un partido en un antro turbulento, pues esto se ha convertido más en un negocio que en un deporte. Esta vez opté por darme un paseo entre bosques encantados al rescate de niños a manos de brujas, cita pendiente que tenía con los hermanos Grimm.

Hacía tiempo que no salía, tanto que apenas han pasado unas horas y ni me acuerdo, lo veo todo tan lejano parece que haga varios días. La noche más popera de todas las noches. Al plegar las sábanas y salir de mi lecho, mi olfato me sorprende con la asquerosa fragancia que rodea mi habitación, mi ropa y a mi mismo. Los malos humos. Los odio. Un olor permanente, penetrante y perenne que envuelve todo mi entorno material. Y si eso es capaz de absorber estos objetos visibles y palpables, cuanto humo habrán absorbido mis pulmones. Humo gratuito...¿hasta cuándo? Me preguntaron si yo quería?..quién persigue a quién?

Cada vez me vuelvo más radical, será el paso de los siglos...

viernes, noviembre 18, 2005

Espantapájaros



"No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; pero eso sí ¡ y en esto soy irreductible ! no
les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben
volar
¡ pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Esta fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿ Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?

­ María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando se preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba las compras, sus quehaceres...

¡ Con qué impaciencia esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí¡ lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado ¡

" María Luisa! ­ María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ­¡ Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿ puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿ Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca que con una mujer que tenga las
nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedreste , y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando. "
(Capítulo I de Espantapájaros. Oliverio Girondo)



No me voy a conformar con menos. A partir de ahora la primera pregunta será ¿sabes volar? Buscaré entre las mujeres mariposas, libélulas, brujas, hadas, trapecistas, acrobatas, azafatas, pilotos, astronautas... surcaré para ello todo el infinito celeste. Por supuesto, abstenerse no voladoras. Aplíquese también al sexo masculino. Chicas y chicos no os conforméis con un hombre terrestre.

jueves, noviembre 17, 2005

Ojos que no ven


El otro día estaba en mi sucursal "cajaria" (los bancos siempre fueron para los ricos) esperando mi turno mientras escuchaba la voz aterciopelada de la mujer invisible "por favor coja su ticket". ¿Os habéis parado a pensar como será esa mujer? Qué hará cuando llegue a casa y vea a su marido? Le dirá también que coja el ticket y espere en la cola, pobre marido...en fin que por un instante se hizo silencio y se paró el mundo: me encontraba navegando entre los cuadros de la entidad. No eran si no cuadros de 3D, esos mágicos (al menos ese es el mito) que tienes que captar una imagen oculta entre el conjunto del dibujo.

Nunca he comprendido esos cuadros y mira que chapurreo idiomas. He intentado centrar la vista, descentrarla, poner los ojos bizcos, acercarme, alejarme, hacer el pino y todavía no he llegado a ver ninguna imagen. Sólo me falta probar con unas copas de más (residirá ahí el secreto). Ahora que a mi no me engañan. Siempre en esos momentos están los típicos conchabados que se ponen de acuerdo dos minutos antes, vamos que no escucho yo los murmullos. Y te dicen hay una mariposa y como todos se han puesto de acuerdo te dejan mal, mientras tú te estás ilusionando ópticamente en la figura de un coche, perro, estrella o cualquier disparate que se te ocurra, pues es un conjunto de trazos confusos lo único que ves.

Coja su ticket por favor...



Pd. A ver que es lo que adivináis esta vez.

Spnb




Para que la luna llena nunca choque contra el suelo
Hemos de encontrarnos siempre a las afueras del pueblo
Con todos los besos nuestros
Son preciosos nuestros besos a las afueras del pueblo
¿Qué pueden tener de malo,
si es lo que mejor hacemos?
¿Por qué han de ser escondidos
los secretos y los sueños?
Son preciosos nuestros besos
Pero nadie debe verlos, y es lo que mejor hacemos

Para que la luna llena nunca choque contra el suelo
Para que siempre podamos conocidos encontrarnos
Alargarnos la sonrisa, sacudirnos la distancia
Y poder burlar al tiempo
Para que la luna Llena nunca choque contra el suelo

Al final de la partida que siempre empiezo ganando
A las afueras del pueblo, tú me sigues abrigando
Y te marchas caminando
Y aunque todo ha terminado, de hecho todo está empezando
Y en la procesión del Cristo engañaremos hasta al viento
Somos los únicos miembros de una sociedad secreta
Son preciosos nuestros besos
Son preciosos nuestros besos
Son preciosos nuestros besos aunque nadie pueda verlos
Son Preciosos Nuestros Besos


Spnb - Iván Ferreiro


Mientras escucháis esta "nana" dedicad un segundo para alzar vuestra mirada al cielo. Dejad que vuestra vista juegue con el infinito y contemplad esa bonita luna llena que hoy nos visita. Es para viajar, darse una vueltecita, perderse, sonreír y volver a aterrizar. No dejemos que nunca choque contra el suelo.

Estamos en vísperas de conciertos. Es ya una tradición mi repaso loco de toda aquellas melodías con las que me fusionaré en breve. Iván Ferreiro, Chaouen, quizá Esmeralda Grao esta vez. Es curioso, las prisas que me entran en el último momento por intentar no llegar tarde, cuando ya es demasiado tarde, pues descubriré realmente canciones ocultas después de toparme de bruces con ellas. Bueno una cosa positiva tiene, te abren los ojos ante grandes soplos que tenemos cerca y que no advertimos su llamada.

Al menos Son Preciosos Nuestros Besos

domingo, noviembre 13, 2005

When the Belfast Child sings again


Siempre llego tarde a los sitios, aunque quizás no sea así y llegue en el momento adecuado en el que deben desarrollarse los acontecimientos. Sin necesidad de apresurarse ni de ir corriendo de un lado hacia otro sin sentido. En el momento preciso para comprender y pensar. Tenía una cita pendiente desde 1996 para ver Michael Collins. Un poco más y cumplo lo del dicho de "recuerda dentro de diez años tienes una cita".
Esta vez la pude ver en casa, relajado empapándome al máximo de una realidad histórica; la historia de un Eire ensangrentado a través del bloody sunday, dividido, oprimido por Inglaterra y que actualmente sigue candente, aunque se vislumbren luces que otorgan esperanzas para alcanzar a ver el fin del abismo. .

Siempre me gustaron las películas con cierto componente histórico. No sé si porque intentan abrirnos los ojos ante las crueldades que los seres humanos somos capaces de hacer y seguimos haciendo a lo largo de la historia. Películas que te estremecen y como siempre te centran un poco más en este mundo, en por qué estás aquí o gracias a cuantos ríos de sangre inocente se ha conseguido este status que tenemos. Como siempre, si volvemos nuestra mirada al pasado, o a otros lugares de este planeta, nos damos cuenta de que no deberíamos tener derecho hoy en día a quejarnos por tonterías banales que están a nuestro alrededor.


No ahondaré en el tema porque no estoy documentado y la película ofrece una visión particular, que no sabemos si es la correcta. De ella sacamos que Michael Collins fue el cabecilla de las revueltas irlandesas contra el gobierno inglés. La proclamada pero no reconocida República de Irlanda. Como Michael Collins pasa de ser un sanguinario a negociador con el gobierno inglés del que consiguió lo que nunca nadie había conseguido: libertad y la independencia. Pero estos hechos provocaron la división entre sus propios hermanos, los que estaban a favor y en contra de este tratado logrado. Estos acontecimientos derivaron en una emboscada en la que Collins fue asesinado en su pueblo natal por paisanos con los que hasta hacía poco había luchado por una causa común. Lejos de solucionar el conflicto, posteriormente vendría una guerra civil traducida en un número más amplio de .víctimas...pero Michael Collins ya había sido enterrado ante multitud de seguidores.

Como siempre destacar el papel de Liam Neeson. Los papeles de hombre duro encargado de cambiar la historia le van como anillo al dedo.



Belfast Child

When my love said to me,
Meet me down by the gallow tree.
For it's sad news I bring,
About this old town and all that it's offering.
Some say troubles abound,Some day soon they're gonna pull the old town down.
One day we'll return here,When the Belfast Child sings again


Brothers, sisters, where are you now?
As I look for you right through the crowd.
All my life here I've spent,
With my faith in God the Church and the Government.
But there's sadness abound,
Some day soon they're gonna pull the old town down.

One day we'll return here,
When the Belfast Child sings again,
When the Belfast Child sings again

So come back Billy, won't you come on home?
Come back Mary, you've been away so long.
The streets are empty, and your mother's gone.
The girls are crying, it's been oh so long.
And your father's calling, come on home.
Won't you come on home, won't you come on home?

Come back people, you've been gone a while,
And the war is raging, through the Emerald Isle.
That's flesh and blood man, that's flesh and blood,
All the girls are crying but all's not lost.

The streets are empty, the streets are cold.
Won't you come on home, won't you come on home?

The streets are empty,
Life goes on.

One day we'll return here,
When the Belfast Child sings again,
When the Belfast Child sings again.

Simple Minds "Belfast Child"

martes, noviembre 08, 2005

Animalario


Cada mañana suelo ir caminando hacia el lugar de trabajo, bien para conciliarme con mi persona, es decir un poquito de aire fresco es la mejor crema reductora de arrugas y la mejor cafeína, y a su vez para fusionarme entre el asfalto y habitantes de esta ciudad.
El caso que esa mañana era otra de esas mañanas en la que el trayecto siempre te aporta cosas nuevas transmitidas a través de una cara, un lugar, un aroma, un sonido, recuerdos... hasta que me encontré con un gato. Por el color parecía un siamés pero sin lugar a dudas por el aspecto de su pelo deshilachado, se trataba de un gato callejero.
Se encontraba en medio de un descampado, próximo edificio a construir. Sigiloso a la luz del amanecer cavaba con sus patas un agujero. No soy un entendido en animales, es por ello mi sorpresa cuando lo vi como hacía sus necesidades dentro del mismo. En esos momentos esbozo una sonrisa matutina, sólo por estas cosas merece la pena madrugar.

Si esto es capaz de hacer un gato sin la educación, que será posible de hacer uno que vaya a la escuela, y de la universidad ya ni hablo.

Metros adelante me tropiezo con una caseta verde, de esas de la Once. En su vientre aparece un cartel. “Gracias a vuestra ayuda hemos adiestrado 800 perros guía...”. Me sigo soprendiendo de lo que es capaz de hacer el género animal.
Mientras las golondrinas sobrevuelan la cabeza, en número profundamente limitado y cada vez menor, ¿por qué será? Será que hace mucho calor para ellas, será que nos las estamos cargando.

Avanzo en mi camino y me encuentro con una papelera verde, avanzo metros otra, y otra más...cuatro, cinco, seis, siete....y así podría estar todo un día.
Estoy seguro que España gana una estadística mundial en cuanto a medio ambiente: somos el país del mundo que más papeleras tiene por metro cuadrado, así como el que más papel tira fuera. Y es cierto vas a otros países y no ves papeleras, pero tampoco papeles en las calles.

Si una conclusión pude sacar del día, si es que ya no lo tenía suficientemente verificado, fue que cualquier animal es mucho más inteligente que el género humano. Que pasará el día que las hormigas sepan escribir, que los perros puedan leer, y las tortugas estudiar, ¿a dónde iremos a parar?

domingo, noviembre 06, 2005

El corazón en los pies


El corazón en los pies. Juan Carlos Ortega
Diario El País 25 de agosto de 2005

Tuve una novia que siempre llegaba tarde. El día de nuestra primera cita estuve esperándola veinte minutos en la boca de un metro. Apareció sonriente y no se disculpó. Yo interpreté la tardanza, erróneamente, como una estrategia para dejar las cosas bien claras desde el principio: "Yo seré siempre la deseada; tú, el que irremediablemente sufrirás esperándome". Fuimos a cenar a un restaurante y, como en todas las primeras citas, los dos fingimos ser otros muchísimo mejores. Acabamos la noche sentados en unas rocas del puerto olímpico de Barcelona, besándonos como tontos mientras leíamos absurdos poemas de Benedetti. La relación duró tres años y medio, y su impuntualidad aumentaba día a día. Me acostumbré a esperarla en las taquillas de los cines, en las barras de los bares y hasta en la mismísima puerta de su casa. Yo aguantaba resignado, porque mi ilusión por verla compensaba sobradamente el intenso dolor en los pies. Pero un día, inesperadamente, hice algo bastante extraño. Era un domingo por la tarde y yo estaba triste porque, en aquella época, las tardes dominicales, con esa luz azulada, me hacían pensar en temas espantosos. Llevaba 45 minutos esperándola, sentado en un banco de la plaza de Cataluña. Tuve bastante claro que, cuando por fin llegara, le diría algo desagradable, pero no se me ocurría nada. Fue entonces cuando, probablemente, realicé el primer cálculo de mi vida. Cambié de posición en el banco para evitar que mis piernas se durmieran sin posibilidad de despertar jamás y, mentalmente, calculé cuánto tiempo llevaba esperándola desde que empezamos a salir. Tres años de noviazgo, a razón de cuatro esperas semanales de 45 minutos de media, daban una cifra espectacular. Me di pena a mí mismo. Había estado esperando a mi chica seis días y medio, siempre de pie, siempre ilusionado, siempre un pelín cabreado. Cuando apareció, sonriente como siempre, le solté la cifra. Me dijo que yo era un chico muy ocurrente, pero que tenía hambre y le apetecía ir a comer algo a un sitio de tapas que ella conocía. Le aseguré que no había hecho el cálculo para hacerle reír, sino para que entendiera que yo también era un ser humano real, con un reloj real que funcionaba y unos pies demasiado reales que se cansaban excesivamente. A ella le dio igual. Entonces se me ocurrió la gran idea. Le dije, muy serio: "Escúchame atentamente. Voy a hacer una cosa y me gustaría que no te lo tomaras a broma. A partir de ahora, cuando pase un minuto de la hora convenida y no hayas llegado, empezaré descaradamente a mirar a otras chicas". Se quedó helada, pero mi plan resultó ser de una eficacia asombrosa. Desde ese momento, llegó siempre puntual. Pero la vida tiene sus caprichos y, pese a su nueva puntualidad, nacida del amor, yo empecé igualmente a mirar a otras chicas



Así es que a partir de ahora el esperar se va a acabar, o bien me dedicaré a otros menesteres más interesantes. Ya está bien de perder tiempo.

sábado, noviembre 05, 2005

Sudoku




¿Quién pensó que todo estaba descubierto en el mundo de los pasatiempos con las ancianas sopas de letras, los parlanchines autodefinidos o los incomprendidos jeroglíficos? Incluso hay quien osó a enterrarlos antes de tiempo.
Desde el pasado verano, esta página del períodico ha vuelto a captar mi atención durante minutos, quien sabe si horas, reengánchadome a este abandonado mundo al que quizá con suerte nos dedicamos en época estival, si no se queda en un rincón del olvido para siempre, esperando que venga alguien al rescate.
Y ha sido gracias a este nuevo fenómeno de masas importado desde Japón llamado sudoku. Es un rompecabezas númerico se popularizó en país nipon en 1986, aunque se ha dado a conocer en el ámbito internacional este año. Sin embargo se cree que su origen tuvo como fuente los trabajos del matemático suizo Euler en el siglo XVIII, utilizando el sistema para realizar cálculos de probabilidades.
El objetivo del juego es rellenar cuadrados divididos a su vez por 9 cuadritos en los que deben coincidir las cifras del 1 al 9 sin repetir número alguno en la misma fila o columna, partiendo de algunos números ya dispuestos en algunas de las celdas. La solución es única, y se necesita mucho tiempo, paciencia, constancia y sobre todo ganas de estrujarse el cráneo para resolverlo. Para lograrlo, debes encontrar la combinación única entre las distintas opciones posibles. Pero esto se va logrando pasito a pasito. Al cruzar todos las cifras existentes entre columnas y filas, descubres una cifra única que llenará un cuadradito, abriendo ésta a su vez nuevas puertas para completar el cuadro final.

A mi me ha enganchado el juego; en el bus, andando hacia el trabajo, conciliando el sueño, soñando, en el sudoku...y como no soy testarudo no he parado hasta que lo he sacado. Después de varios días de esfuerzo conseguí resolver mi primer sudoku y que a gusto me he quedado. Ya me he hecho mayor. Se ha tratado de un sudoku samurai, que no es si no que la conjunción de cinco sudokus a la vez. Pero si un estudiante de letras mixtas puede lograrlo, cualquiera puede conseguirlo. Les invito a que tomen parte de este pasatiempo algebraico el cual les ayudará a desarrollar su mente. Provoca adicción, avisados están.

Pasiones y virtudes


Antes de que este planeta estuviese habitado por hombres y por mujeres vivían en él pasiones y virtudes. Estuvieron viviendo durante cientos y cientos de años y durante toda una eternidad pasiones y virtudes que se aburrían de lo lindo con el transcurrir de los siglos, así que cada día trataban de inventar un juego nuevo al que jugar para que se hiciese mas llevadera la larga, larga, larga, larga existencia.

Cuando el aburrimiento estaba bostezando por tercera vez, la locura, como siempre tan loca propuso: ¿Por qué no jugamos al escondite? la intriga levantó la ceja "intrigada" y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: Al escondite, ¿cómo es eso...?. Es el juego -explicó la locura- en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, mientras vosotros os escondéis y cuando yo haya terminado de contar, al primero de vosotros que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.

El entusiasmo bailó "entusiasmado", secundado por la euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda e incluso hasta a la apatía a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La verdad prefirió no esconderse, ¿para qué? si al final siempre la hallaban. La soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese salido de ella) y la cobardía prefirió no esconderse.
Uno, dos, tres... comenzó a contar la locura.

La primera en esconderse fue la pereza, dejándose caer tras la primera piedra del camino.
La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo, quien con su propio esfuerzo había logrado subir hasta la copa del árbol más alto.
La generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: Un lago cristalino: ideal para la belleza. Una hendija en un árbol: perfecto para la timidez. El vuelo de una mariposa: lo mejor para la voluptuosidad. Una ráfaga de viento: magnífico para la libertad. Así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo, pero sólo para él.
La mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes.
El olvido... se me "olvidó" donde se escondió pero eso no es lo más importante.

Cuando la locura contaba ya los novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve, el amor aún no había encontrado sitio donde esconderse entre las flores.
-Un millón- contó la locura y comenzó a buscar. La primera fue la pereza, a sólo tres pasos, detrás de una piedra. Después se escuchó a la fe conversando con Dios y a la pasión y al deseo los sintió vibrar en los volcanes.
En un descuido encontró a la envidia y ¡claro! pudo ver donde estaba el triunfo.
Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la belleza.
Con la duda resultó todavía más fácil, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos: al talento entre la hierba fresca; a la angustia en una cueva oscura; a la mentira detrás del arco iris (mentira, en el fondo de los océanos); hasta el olvido... se le "olvidó" que ya había olvidado que estaba jugando a los escondidos.
Sólo el amor no aparecía por ningún sitio.

La locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo y mar del planeta, en la cima de las montañas... y cuando ya estaba por darse por vencida, divisó un rosal y pensó: "El amor, como siempre, tan cursi, seguro se escondió entre las rosas".

Amor sal ya que se hace tarde, pero el amor ya sabéis que es muy indeciso, y no solamente uno tarda en encontrarlo, sino que a veces tarda demasiado en salir a la luz. El amor asustado no salía. La envidia que suele preocuparse bastante más de los demás que de sí misma, se acercó al oído de la locura y le dijo: El amor esta oculto en esas zarzas. La locura muy enfadada fue hacia las zarzas y empezó a gritar : ¡Amor sal ya!, se nos hace tarde. Pero yo les he dicho ya que el amor es indeciso, y una vez que lo encuentras es difícil sacarlo. La locura muy enfadada trato de meter la mano entre las zarzas para sacar al amor de las solapas, con la mala fortuna que se pinchó con una espina. A veces hacer salir al amor es doloroso. La locura estaba tan enfadada, que agarró una vara que había junto a las zarzas, la introdujo en el matorral y empezó a agitarla entre las ramas. De repente sonó un grito. De entre las ramas de las zarzas salió el amor con las cuencas de los ojos ensangrentadas. La locura en su locura al agitar la vara entre las zarzas le había sacado los ojos al amor, dejándolo ciego para siempre. Todos se quedaron muy callados mirando al amor con las cuencas vacías, sin saber qué decir nadie. Quizá aquella fue la única ocasión en la que la locura hablo con un poquíto de cordura, porque dijo: No os preocupéis, desde ahora yo seré sus ojos.Y es por eso que desde entonces el amor es ciego, y la locura son sus ojos.

viernes, noviembre 04, 2005

Mileurista




"Soy mileurista, lo reconozco..."

Hace un par de semanas leí un artículo de "El País" que no tenía nada de desperdicio. Definía lo que día a día se está convirtiendo más en la generación "mileurista".
Por mileurista debemos entender todo joven entre 25 y 34 años cuyo perfil cumple varios de los siguientes requisitos:

- Su sueldo ronda los 1000 Euros (de ahí la palabra).
- Posee una formación académica superior. Se trata de licenciados que hablan varios idiomas, con el curriculum lleno de cursillos o incluso haber realizado algún master. Sin embargo, la mayoría de mileuristas nunca han trabajado en aquello para lo que tanto esfuerzo y horas le dedicaron.
- Por otra parte, para el mileurista es muy difícil salir del nido familiar debido a la amplia diferencia entre salario y precio de vivienda. Por lo que muchos viven de alquiler en pisos compartidos con otros mileuristas o bien continúan en casa de los padres o los mas osados hipotecados hasta la médula al comprar su propia vivienda llegando a pagar hasta el 50 % de su sueldo.

Y es que no es de extrañar que un 30% de los jóvenes entre 30 y 35 años viva todavía con sus padres. Si vamos bajando la estadística unos años nos encontramos con que el 63% de los jóvenes entre 25 y 29 años sigue en casa y entre los 18 y 25 años la cifra aumenta hasta el 95%.

- El mileurista debe olvidarse también de muchos caprichos en cuanto a ocio y tiempo libre, pues debe vivir al día porque su sueldo no da para más.

Es una pena que la generación más preparada de la historia de España nunca pueda desarrollar todo ese potencial que tiene dentro. Se está echando a perder un gran capital humano. Luego nos critican por no independizarnos, o tener la tasa de natalidad más baja de la historia. Pero ¿es que se puede? Sería todo más fácil si los salarios subieran en la misma relación que suben los precios. Es decir, si un producto que antes costaba 100 pesetas ahora cuesta 1 euro, pues si tú antes cobrabas 100.000 pesetas...pues por esa cantidad te deberían pagar 1000 euros. Eso si no aplicarnos la regla de tres subida precios de vivienda con subida de sueldos a ver que es lo que pasaba. En fin, seguiremos viviendo al día hasta que el cuerpo aguanto.
Mileuristas del mundo uníos!

Aquí os dejo el artículo:
http://www.elpais.es/articulo/elpdompor/20051023elpdmgpor_1/Tes/

miércoles, noviembre 02, 2005

Seguiremos cenando


Miércoles, sinónimo de filmoteca, de buen cine a mejor precio (1,5 euros). Son ocasiones que no se pueden desperdiciar. La semana pasada accedí a ver después de muchas dudas "Hotel Rwanda".
Se trata de una super producción que relata un drama muy duro aunque por momentos se narra desde el más puro estado hollywoodiense.

Aún así la película nos acerca a nosotras, las personas del denominado primer mundo, uno de los mayores genocidios de la historia: la guerra entre hutus y tutsis. Probablemente la mayor matanza de la última década junto a las muertes de la absurda guerra de Irak. Nos abre los ojos ante tal desconocimiento, pues nadie apenas se enteró del verdadero efecto de esta masacre. Nos recuerda que en el corazón de África existe un país que se llama Rwanda con un estado social y político sumido en el caos.

Quizás el hecho de no haber petróleo de por medio hizo que no sólo Europa, sino los EEUU (omitidos en la cinta, si no recuerdo mal sólo menciona al primer mundo u occidentales, la ONU y Europa...como iban a ser ellos culpables) y la ONU volvieran la espalda a Rwanda, unido a su vez con unos medios de comunicación desinteresados por la cobertura de la problemática, sin motivación ante una noticia que no iba a vender, y finalmente la actitud de una sociedad acomodada en los países del primer mundo, formaron el cóctel necesario para sumir en el mayor de los ostracismos la situación del país africano

Y aún así ¿que se habría evitado?. Quizás con una intervención anticipada y acorde a las circunstancias y no la pantomima de la ONU, miles de muertes se habrían evitado. Pero por desgracia los muertos tienen color y ya no sólo por el racismo impregnado, sino por el color del petróleo. Mientras tanto de que hubiera servido esas imágenes para alertarnos del problema...los "ricos" habríamos seguido cenando mientras veíamos el telediario.

¿Cúantas Ruandas existirán actualmente? ¿En cuántas hay misiones de paz? ¿Está el oro negro por medio?. Si un mensaje claro transmite la película es que nuestros gobiernos y nosotros, no debemos permitir que atrocidades de tal calibre se repitan, que las hay, y no sólo diferenciar entre guerras de primera división (donde hay petróleo de por medio) con las guerras de categorías inferiores (guerras olvidadas).

¿Vamos a seguir cenando? ¿Hasta cuando seguiremos pasando vergüenza ajena? Visto lo visto, no deberíamos tener derecho a quejarnos por tantas banalidades.

martes, noviembre 01, 2005

Ciudad Medieval


Como cada año, en las semanas previas a la festividad de todos los santos, la ciudad se pone guapa, saca del armario antiguos vestidos, olores y sonidos, para disfrazarse de lo que pudo llegar a ser una villa siglos atrás. Durante este par de semanas la ciudad ha convivido con ese espíritu medieval que quizás no es en el que vivió antaño, pero que tanto colorido y ambiente aporta en nuestra actualidad.

La celebración anual del Festival de Música y Teatro Medieval te hace retornar a paisajes lejanos, a otras épocas llenas de juglares, druidas, leyendas, quijotes, artesanos, fuegos, pólvora, mercados, acróbatas, magos, abanderados...todo un gran elenco representado a través de teatro, cine y música en lugares de ensueño como son las calles engalonadas del centro de la ciudad y antiguas iglesias. A su vez, los años pares coincide con la representación extraordinaria del Misteri, cuyo drama te retrotrae siglos atrás.

Cada año el Festival arrastra multitud de visitantes entre turistas y autóctonos lo que implica una revitalización de la ciudad en doble sentido: recibir mayor número de visitantes y evitar que sus vecinos se marchen a otros lugares próximos.
Cabe destacar el ambiente y la incidencia del Festival en los comercios situados en las zonas donde se desarrollan las actividades, dejando sin embargo filtrear a los fantasmas en el resto de calles y comercios del casco urbano.

Es de elogiar este tipo de iniciativas teniendo en cuenta que todas las actuaciones y eventos mantienen sus precios medievales, es decir, nada de monedas ni billetes o similares. Sin embargo la única pega es que los mercadillos venden productos medievales a precios del siglo XXII, pero no todo se puede tener...

Larga vida al festival!