miércoles, diciembre 28, 2005

Solsticio de invierno




Una de las pocas cosas que me gustan del cambio climático de verano a invierno es el reestreno de ropa durante los primeros días de esta transición. Da gusto volver a encontrarse con aquellas prendas olvidadas. Es como aquel que se encuentra a un amigo al que hace tiempo que no ve, o recibe la visita de un familiar en días entrañables. Tarea divertida es entrometerse en el armario machete en mano e ir desenmarañando prenda a prenda hasta encontrar aquéllas que se encontraban en el más remoto ostracismo. Igual e interesante resulta firmar el armisticio con las polillas estivales y emplazarles a una nueva cita con parada dentro de dos estaciones.

Pero esa ilusión es pasajera, una vez saludadas las nuevas prendas me arrepiento del cambio climático si es el solsticio de invierno el que me da la bienvenida.
Durante esa estación, los que todavía confiamos en la fuerza del sol como secadora purificadora, nos encontramos algunos días ante la escasez de provisiones en lo referente a paños menores, por ello debemos entender ropa interior y calcetines, al encontrarse la ropa húmeda. Entonces marcas el SOS en tu armario y abres la compuerta dedicada a lo que las madres denominan científicamente el ajuar. Lógicamente esta palabra engloba un conjunto de prendas de cosecha, acumulando años pasados y futuros de experiencia.

Pero la sensación de liberar una prenda del ajuar es indescriptible. A mi me excita mucho. Es como conceder la amnistía a un preso, o como tocarte el gordo de la Navidad, son ocasiones puntuales.

Motivado por esta ilusión bucólica, establecí la teoría de la independencia. Siempre pensé que un hombre nunca logrará independizarse hasta que sea capaz de comprarse por si mismo su ropa interior. Lo que comúnmente se conoce como calzoncillos. Pero cualquiera se atreve a ello, si tienes un arsenal en el armario deseando los pobres que les des la alternativa y cuando por fin lo consigues, siempre viene tu madre con una colección nueva que triplica a los liberados..

- Mamá, pero si ya tengo muchos...
- Tú guárdalos para cuando te marches (lo que viene a ser guárdalos en el ajuar o para cuando te cases).

Por momentos deseo que me salgan agujeros en las puntas de los calcetines o se rompan los calzoncillos para estrenar unos nuevos. Vuelvo a abrir la compuerta del armario y repaso todas las prendas que tengo, dándoles un número de liberación para la próxima rifa.

Luego dicen que tardamos en independizarnos, que nadie nos puede echar de casa, que el niño no se marcha. Normal, a ver quien se atreve. Mientras tanto haré inventario del ajuar...

domingo, diciembre 25, 2005

Feliz Navidad!


Aprovecho cada una de estas palabras para desearos una Feliz Navidad a todos los que habéis viajado por estas historias polares durante esta breve estancia. Sed felices y sonreíd siempre. No olvidéis mencionar Pamplona cuando os comáis los polvorones.
Personalmente, parece que con los años se va evaporando la magia de Navidad. Se extinguen las ansias por recibir los regalos, por asistir a la comida familiar, donde jugabas y el tiempo transcurría más lento disfrutando de cada segundo. Ahora, es un bonito punto de encuentro en el que el tiempo pisa el acelerador y cambia a la marcha más elevada. Será que me hago mayor, que tengo más conciencia.
Papá Noel llegó, vino y se cargó en unos años la labor que los Reyes Magos habían forjado durante siglos...todo producto de la otra Navidad, la comercial. Es por ello que en estos días de nueva Navidad, no debemos olvidar lo que antaño fue o debió ser. Y no la careta benévola que nos envuelve durante cada uno de estos días o lo que es peor el disfraz de consumidor con el que somos capaces de desfilar por las mejores pasarelas.

Pese a todo mis mejores deseos y pásenlo muy bien. Y si reciben regalos no los desprecien, acójanlos con la mayor de las ilusiones. No olviden sonreír. Para todos vosotros:

El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación;
y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó:
al que su cotidiana luchame da razones para amarle:
a aquel que nadie le cantó.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Canción de Navidad. Silvio Rodríguez.

Para los más nostálgicos o seguimos siendo niños:

Las muñecas de famosa se dirigen al portal
para hacer llegar al niño su cariño y su amistad
y Jesús en el pesebre se ríe porque está alegre
y Jesús en el pesebre se ríe porque está alegre
Nochebuena de amor, Navidad jubilosa
es el mensaje feliz de las Muñecas Famosa

domingo, diciembre 18, 2005

Cantos en las ramas


Nada más aterrizar me di cuenta de que mi misión no se iba a desarrollar por los derroteros que prometía mi empresa. Aquello no era el paraíso soñado para pasar unas vacaciones de ensueño. Pronto supe que me encontraba en algún país del África subsahariana bajo la influencia de un dictador asesino empeñado en cargarse a todo aquel que no formara parte de su séquito.

Sin comerlo ni beberlo me encontré metido de lleno en la misión. Era el único blanco de la región y no sé si por ese motivo o por la gracia del tirano se me concedió una última oportunidad. A mi cargo disponía de unos pobres desamparados para salvarlos de la muerte. La verdad es que la situación me parecía insólita pues nos daban un cuarto de hora para desaparecer. ¿Desaparecer dónde?. Por momentos pensaba que me encontraba en una cacería del zorro cuyas presas ya os podéis imaginar quienes eran.

- Ahí tenéis canoas, si queréis podéis utilizarlas.

Rápidamente todo el mundo echó a correr sin sentido. Supuestamente me había convertido en un salvador, un totem o algo por el estilo, pero aunque guardaba la calma mi temor era mayor que el de cualquiera de ellos. Y corrimos a lo largo y ancho de toda la planicie. Allí donde no hay nada, sólo matojos de hierbas secas. Donde puedes pararte y ver decenas de kilómetros amarillos, del color seco que envuelve todo, del color premonitorio de que allí un día hubo vida. ¿Nos convertiríamos también en pasto amarillo? Ni un alma.

- ¿Por qué no usamos las canoas y escapamos por el río?
- El río es una trampa mortal. Está lleno de pirañas y otros seres voraces que desgarrarían nuestras almas y canoas en una milésima de segundo. Lo presentan como una esperanza, para darte la sensación de que se apiadan de ti, pero en el fondo es tu propia tumba.

Después de correr lo que debió ser horas, allí donde el tiempo no se deja controlar por nadie, apareció un árbol. Lo identifiqué como un eucalitpto, quizás por el hecho de que es uno de los pocos árboles que soy capaz de reconocer. Pero, ¿qué pintaba un eucalipto en medio de la nada?. Seguro que era una especie africana desconocida, un baobab. Sí un baobab alto y muy poblado.

- Subid al eucalipto rápido, ya se oyen los motores de los aviones sobre nuestras cabezas. Vamos rápido.

Se quedaron un poco extrañados indecisos cuando escucharon la palabra eucalipto, pero uno tras otros iban trepando por la corteza del mismo. Los pobres negritos se apresuraban, reptaban sobre sus espaldas y el árbol ante tanto movimiento se zarandeaba. Un vaivén que parecía que de un instante a otro se iba a derrumbar. Seguían ascendiendo ante mi mirada. En ese momento a mi me entraba el complejo estúpido de Oskar Schindler, ¿por qué no habré salvado más? Ni que yo fuera un salvador. Por fin se encontraban entre las ramas todos ocultos.

-No sé si lograremos engañarlos.

De repente del espacio apareció una cápsula en modo de avioneta. Era una mujer la que pilotaba y aunque no la conocía pronto supe que era de mi compañía.

-Venga sube que ya has cumplido tu misión.
-Pero...no me puedo ir así.

Nunca pude saber como terminó la historia. Según mi empresa la misión había sido un éxito. Sólo sé que desde entonces mientras concibo el sueño me acompaña una dulce nana procedente de las ramas más ocultas de un baobab con forma de eucalipto.

Paranoias oníricas. Bruixot, 18 de diciembre de 2005. Foto Bruixot.

viernes, diciembre 16, 2005

Conversa



[...]

- Mal de amores?
- No. Falta de amores. Vacío de amores.
- Droga quizá?
- Nada de eso. Ni siquiera fumo. Casi no tomo alcohol. Vos nunca quisiste suicidarte?
- Soy demasiado pelotudo para tomar una decisión tan laboriosa.
- Ya me dijiste que sos soltero en español. Pero tenés mujer, compañera, amante o noviecita?
- Nada, mi niña. Llevo tres meses y medio de virginidad sabática.
- Entonces voy a hacerte una confesión que confío aprecies en toda su buena fe.
- Así será.
- Y en toda su inocencia.
- Soy todo orejas.
- Quizá te parezca extraño, pero tengo ganas de verte desnudo.


Extracto de Conversas. Buzón de tiempo. Mario Benedetti.

miércoles, diciembre 14, 2005

Oscura luz


El otro dia devoraba un artículo de periódico referente al paso de la tormenta tropical Delta por las Islas Canarias. El azote del temporal mantuvo a los canarios varios días sin electricidad. Imaginaos la situación tan incómoda que supone estar tantos días sin luz, ni agua, ni internet, ni play station, ni tele, siendo aún más notable si tenemos en cuenta que estamos a las puertas de la estación de invierno con el frío como testigo.

Pero en esos momentos de oscuridad surgió la luz. De repente, como siempre sin avisar, se produjo uno de esos momentos mágicos inesperados; el desembarco de la señora comunicación de la mano de la convivencia.

Desde ese momento, dentro de cada familia empezaron a hablar entre ellos, los vecinos también se unían a las tertulias. Se recuperaron años con tantas conversaciones pendientes. Jugaron una partida de parchís o de brisca, un ahorcado, incluso algunos se atrevieron a montar un bingo improvisado con lentejas por fichas. Todo ello fue rescatado del olvido. Y parece ser que no se aburrieron. La pena es que sea una tormenta tropical la que tenga que venir a recordarnos estas cosas.

Bruixot, 14 de diciembre de 2005

jueves, diciembre 08, 2005

Imagine



Hoy se cumplen 25 años de su asesinato. Ya que en todos estos días no hemos sido capaces de lograrlo, imaginemos al menos ese mundo mejor que trató de inculcarnos mientras escuchamos la canción.


Imagine there's no heaven,
It's easy if you try,
No hell below us,
Above us only sky,
Imagine all the people living for today...

Imagine there's no countries,
It isnt hard to do,
Nothing to kill or die for,
No religion too,
Imagine all the people living life in peace...

Imagine no possesions,
I wonder if you can,
No need for greed or hunger,
A brotherhood of man,
Imagine all the people Sharing all the world...

You may say Im a dreamer,
but Im not the only one,
I hope some day you'll join us,
And the world will live as one.

Contaré un cuento cada noche



Sorpresa en el Odeón. Apresuradamente, convertido ya en la rutina de cada mércoles, apuro los últimos segundos antes de comenzar el estreno. Arcadia era la propuesta prevista para esta semana. Al vislumbrar el color del cartel informativo, percibo que algo ha cambiado: “El método”.
- será la obra de teatro- pienso.
Poco a poco mi mente empieza a asociar ideas. Me alegro.Voy a ver una película española de la que me han hablado muy bien.
Se apagan las luces y en la pantalla empiezan a aparecer los primeros fotogramas. Se oyen voces de fondo:
-“Es el método, pero no era arcadia”- A más de un despistado le cogió por sorpresa el improvisado cambio.
Me enganché enseguida. La película juega con los personajes emplazados en la situación tensa y ansiosa de un proceso eliminatorio de selección de jefe basado en una dinámica de grupo denominada método Grönholm. A su vez son apreciables los distintos roles adoptados por cada uno de los protagonistas.
Al unísono juega con el espectador. Le hace reflexionar, tratar de intuir quién es el topo o el elegido para ocupar el cargo, implicándole en el proceso, o a realizar especulaciones sobre las capacidades de los distintos candidatos.
Pero los 120 minutos que dura la película reflejan la dureza con la que nos comportamos las personas en varios aspectos. Desde el punto de vista empresarial, el abusivo poder y control que se tiene sobre las personas humillándolas volviéndolas marionetas, mientras ellos se comportan como verdaderas aves rapaces en una selva en la que todo vale. Por otra parte lo crueles que podemos llegar a ser las personas por conseguir lo que queremos siendo capaces de poner zancadillas e hundir a quien sea sólo por satisfacer un interés egoísta.

Sensacional reparto de actores, para una película que te hace reflexionar hasta donde estamos dispuestos a llegar y cuyo desenlace te mantiene en vilo durante todo el tiempo

Vámonos al mar a montar un chiringuito...

Bruixot, 8 de diciembre de 2005

domingo, diciembre 04, 2005

Dimanche soir toujours!



Nunca he comprendido porque la gente odia tanto los domingos, especialmente si se trata de la jornada vespertina. Antaño los domingos siempre fueron días para dormir, ir a misa, es decir seguir durmiendo y puede ser que para mucha gente sigan teniendo ese sentido en la actualidad.
Personalmente concibo los domingos como el día propio por excelencia de la semana, porque a pesar de las obligaciones que cada persona pueda tener incluidas las laborales, los domingos son días que por estar la mayoría de la gente descansando o los sitios cerrados, tienes que marcarte tú el patrón de tu vida y no la sociedad y nuestros jefes.
Cuando me refiero a día propio quiero decir, día en el tú te lo fabricas. Lo puedes dedicar a ver una película, casi obligada es la lectura del periódico, leer algún libro, comer lo que te dé la gana a la hora y lugar donde quieras, repasar, ver la tele, hacer palomitas de maíz, beber unos teses, quedar con los amigos, precocinar o los más avanzados cocinar...e infinidad de opciones alternativas dependiendo de los gustos de cada persona. Pero ante todo tienes tiempo propio para consumir. Para soñar. Es por ello lo que no entiendo a la gente quejarse de los domingos “que no nos gustan; son muy aburrido; que rollo!"
Ahora que está tan de moda quizás sea el momento de convocar una manifestación pidiéndole al gobierno que la jornada laboral comenzara el domingo. Retroceder décadas atrás olvidando el sudor y sangre que costó a nuestros antepasados este derecho. O mejor aún, irnos a un país subdesarrollado donde ni tienen domingo, ni lunes ni martes, ni... quizás allí alguna vez valoremos realmente lo que tenemos.

Soy defensor nato de los domingos. Es un día muy aprovechable y que se me queda corto. Ojalá hubiera domingos de 164 horas. Iba sacarle poco partido.

Bruixot, 4 de diciembre 2005

jueves, diciembre 01, 2005

La sirena varada


Extendida sobre la arena permanece la esponjosa toalla verde. De un tamaño tan grande capaz de albergar varias personas en su interior, en su lomo aparece un bolsillo desplegable portador de los pequeños objetos preciados. Sentada sobre ella, observa el batir de las olas. Le produce una sensación de paz interior. Se convierten en espuma difundiendo esencia de salitre. Aparecen y desaparecen, vienen y van creación y destrucción, todas movidas por una fuerza inconsciente como la vida misma, movido todo por círculos.

Las horas de la vida de Lucía se consumen en la orilla del mar. Le agrada observar a la gente caminar. A veces se levanta y juega a pisar las huellas del resto de personas sobre la arena. Las persigue, esperando que le lleven a ese paraíso utópico que siempre ha soñado. Otras veces saca una revista y comienza a leerla. Por las tardes es más aficionada a los libros que siempre lleva ocultos en el macuto que le acompaña. En ocasiones la naturaleza le obsequia con el vuelo sosegado de gaviotas perdiendo su mirada en el horizonte. Otras con un escarabajito que sale de entre las dunas queriendo ser protagonista al marcar su rastro en la arena.. La perfección de los granos. Siempre la arena. Para ella lo es todo. La ama. Pero lo que más le gusta hacer es coger un puñado con la mano y dejar que todos los granos se escurran entre los dedos.Una y otra vez repite el mismo ejercicio. Una sensación de libertad e independencia le recorre todo su cuerpo.

La gente de la playa piensa que es una sirena que está esperando a que su Ulises o Neptuno venga a rescatarla en su balsa de madera y juntos puedan emprender ese ansiado viaje a Itaca o surcar los mares coralinos del sur. Otros la tienen por una persona extraña, bohemia, que ha perdido su sentido. Los que han visitado su casa dicen que está cubierta de caracolas, que le transmiten ese sonido marino cuando se ausenta de la costa. Sin embargo para ella ese es su sitio de veraneo, todos sabemos donde pasa el resto del año.



(Foto Genova2 por cortesía de Cascabel. http://cascabell.deviantart.com/gallery/ Gracias)
Paranoias nocturnas.Bruixot 1 de diciembre 2005

Lágrimas negras


Quien me iba a decir que me iba a reenamorar a altas horas de la madrugada en una gélida noche de noviembre. Siempre dicen que donde hubo fuego siempre queda la llama.

Apenas son diez pasos los que separan el interruptor de la sala contigua. Suavemente pulso el botón, le doy la espalda a la pantalla. A esas horas la televisión suele crear ambiente, compañía en la vigilia más que captar mi atención.
Me siento en el sofá azul. De la bolsa publicitaria sale un envoltorio de papel de aluminio, en el se esconde un bocadillo que juega con dos mandarinas mientras disfruta de sus últimos instantes antes del desenlace fatal. Al unísono el rumor de la pantalla advierte que hay algo distinto a los vendedores nocturnos. Parece una película interesante. Seguro que es un anuncio. Incrédulo me levanto del sofá. Pulso el botón para cambiar. Empiezo a asesinar al bocadillo. Una entrevista a una chica 10 en otro canal.
Minutos más tarde la duda me corroe. Nuevo cambio manual, esta vez el definitivo. Y allí me encuentro a Fele, con una joven Elena Anaya. Segundos más tarde la escena nos transporta a un parque madrileño. Todo vuelve a repetirse. El flechazo omite mi cena, mi mundo, pacta con mis párpados una tregua sin sueño y allí apareció esa sonrisa cautivadora y sus labios sensuales: Ariadna. Preciosa, a mi edad, hacía un papel de psiquiátrica, rápidamente me rendí a su sonrisa y como Fele yo hubiera dejado toda mi vida por irme con ella al parque de las fieras, a Lisboa. Incluso a Elena Anaya dejó. Que bonito es ser actor y que suerte tienen algunos.

La noche fue pasando, por supuesto debilitando los corazones, hasta que se produjo el trágico desenlace final. Lágrimas negras dejando un sabor amargo después de tanta dulzura. No entiendo como pueden hacer este tipo de películas a las 3:30 de la mañana. Quizás de noche en los peores horarios siempre esté la mejor gente.

lunes, noviembre 28, 2005

Copias


La puerta se cierra levemente. Es una puerta anciana, como la fachada del centro, por ello al chocar con el pestillo provoca la vibración del cristal que rodea la misma. Por el umbral aparece su figura. Camisa a cuadros y sudadera que le protege del frío, ese aire gélido al que no está acostumbrado. También le protege de las malas intenciones. Con la sonrisa y la cartera a cuestas sale de la mano del pequeño. Dicen que el papá de Saïd fue arquitecto en su pasado reciente. Un día la llamada de la tierra le hizo salir rápidamente en busca de un horizonte mejor. No fue una salida sencilla.

No fue el primer colegio que visitó, pero si el primero en el que consiguió una promesa de escolaridad para su hijo. Rechazado por los centros privados, a pesar de su capacidad económica adquirida por su profesión de antaño, sólo por no cumplir los mandamientos propios del centro. Aquellos que sólo la vista de la gente divina es capaz de captar.

Cada día Saïd sonríe y disfruta en su clase. Absorbe cada palabra y gesto del resto de sus compañeros. No se trata de una clase homogénea. En ella se puede escuchar alguna palabra en distinto idioma, celebrar distintas festividades, cultos, incluso probar distintos manjares de todos los rincones del planeta. La clase de Saïd está formada por niños rubios, morenos, altos, bajos, morenos de piel, de raza gitana, magrebíes, procedentes de Rusia, Sudamérica o de la casa vetusta del mismo barrio. Es un continuo intercambio cultural del que inconscientemente ellos van aprendiendo. Aprenden a tolerarse, a entenderse y probablemente puedan vivir en una sociedad multicultural más comprensiva.

Mientras tanto en el colegio privado siguen dando clase. Selecta por supuesto, pero ni mejor ni peor. Sin embargo, el papá de Saïd se alegra de la decisión tomada. Sabe que el mundo que espera tanto a su hijo y al resto de niños será mundo heterogéneo, multirracial. Sabe que el día de mañana estos niños se tendrán que enfrentar a una sociedad en la que no todos serán rubios, ni altos, ni con la capacidad económica que el director del centro que le rechazó pretende. Sabe que ahí es donde radica la diferencia; la verdadera riqueza de la educación para la vida.


(Fotografía: Robert Doisneau)

Paranoias nocturnas. Bruixot, 28 noviembre 2005

viernes, noviembre 25, 2005

18 segundos


Hoy es el día internacional para la eliminación de la violencia de género. Pese a que los estudios reflejan que en lo que va de año se ha reducido un 10% el número víctimas en España, la cifra sigue siendo aún escalofriante en un país desarrollado en el que la mujer no vive subordinada al hombre como puede ser en países africanos y asiáticos en los que no tienen derecho a opinar y en el fondo ni a vivir. No en vano, cada 18 segundos una mujer es maltratada en el mundo.

Las últimas leyes y reales decretos son pinceladas para intentar enmendar un problema palpable en nuestra sociedad. Visto los estudios, su fruto, aunque sea mínimo ha dado, pero todavía está lejano de lo que debería ser su eficacia. Quizás no sea cuestión de ir ampliando el número de leyes, que es una medida muy positiva siempre que se preserve la seguridad y la independencia de las mujeres contra el monstruo masculino, pero es posible que el mayor efecto se lograra si las medidas se tomaran a tiempo y las sentencias no fueran benévolas, pues aún en pleno 2005 sigue habiendo juicios en los que el maltratador sale bastante airoso, burlando a su pareja y a toda la sociedad.

Pasito a pasito se van logrando logros, mientras tanto en esta travesía van quedando víctimas, debemos exigir una mayor celeridad a la hora de proteger las mujeres, la eficacia de las mismas y una jurisprudencia acorde con la sociedad en la que vivimos y la problemática actual.

Desde aquí mi más sincero apoyo a todas esas mujeres maltratadas y no maltratadas, estoy seguro que si gobernáseis el mundo iría mejor.


(Foto Iván Hidalgo. 18 segundos Exposición Fotoarte)

jueves, noviembre 24, 2005

Abracadabra


Un ensordecedor rumor de aplausos abrigaba las paredes del teatro. El haz de luz se centraba en él. Camisa blanca y pantalón negro, todo un clásico. Del fondo de su chistera hizo aparecer una paloma. La sujetaba con ambas manos, sonreía y la lanzó al público. En un instante colocó su chistera sobre su cabeza y agarró con su mano derecha la varita mágica que tantas alegrías le había proporcionado.

Tras un efímero batir de alas, la paloma se posó en su hombro derecho. Este gesto provocó suspiros de asombro desde las butacas rojas que cubrían el teatro.
Juguetona, ella acercó su pico a su oreja, nadie pudo percibirlo, era considerado como una parte más del truco. Le susurró dulcemente al oído “Vente conmigo, hay un lugar en el palomar del parque donde todavía se puede soñar. Recuerda que nosotras fuimos las mensajeras de las magas del norte; las brujas”

Mario le siguió en su vuelo, desde las alturas veía el arco iris que forma la naturaleza. Un poquito de verde, otro de marrón, una lámina de azul y tras su espalda el amarillo protector del sol.
En el parque esperó sentado en un banco. Trozos de madera en los que se podía ver a una mujer enfrascada en la lectura de una novela, o escuchar las historias que un abuelo contaba a su nieto, o sentir el calor de una pareja de adolescentes al descubrir el amor. Desde allí respiraba tranquilidad, parecía que no existiera nada más en el mundo y que viviera en una amplia armonía con el entorno y consigo mismo.
Se levantó y tras flexionar sus rodillas acerco sus labios a la fuente, un agua pura y fresca que le proporcionaba energía para poder continuar. Era curioso, pues con el paso de los años el agua no había perdido la costumbre de jugar con él dejando el rastro de su camino hacia los labios marcado sobre su cara. Incluso las gotas jugaban a ser pendientes en los lóbulos de sus orejas. De regreso al banco observó las piedrecitas del suelo, los niños corretear, las madres con las carteras y meriendas...

La paloma regresó. Lo introdujo en el palomar una vez abiertas las ventanas. En el centro había un tablero parecido al juego del ajedrez, pero cuyas piezas eran figuras muy variopintas que no lograba a descifrar. Algunas tenían forma de caracola, otras de estrellas de mar, otras eran nueces, lápices de colores, golosinas...
- ¿Y todo esto qué es? -Preguntó Mario-.
- Eso son segundos. No son perceptibles a la vista humana pero nosotras las palomas si que podemos captar las imágenes. El conjunto de fichas son tus segundos vividos. Cada ficha que tomes te restará una cantidad de segundos de tu vida. Ven y prueba.- le animó la paloma-

Mario se acercó e introdujo una de las piezas entre los dedos de su mano. Tenía la forma de una golosina. Con la otra mano agarró otra con forma de caballito de mar. Estaba sumido en la inconsciencia, escuchando el silbido de las aves mientras su mente se llenaba de imágenes. En ellas Mario se encontraba en el parque, se escondía tras los árboles mientras jugaba al escondite, o corría para que sus amigos no le pillaran mientras jugaba a tula venenosa. Se guardó en los bolsillos las figuras y volvió por otras dos. Esta vez con forma de caramelo y otra con forma de canica. Percibió un Mario más niño, en cuclillas con las manos llenas de migas de pan, dando de comer a las palomas del parque.

- ¿Te acuerdas Mario? Desde pequeñito mostraste tu magia hacia las palomas.
- Quiero quedarme aquí, ¿Qué puedo hacer para no marcharme?.
- Es imposible quedarte, pero la palabra imposible no existe en magia. Te guardarás las piezas en los bolsillos y siempre que puedas podrás regresar, sólo tendrás que cogerlas con tus manos. Ahora es tiempo de regresar.

El público permanecía intacto, atónito, nadie se permitía el lujo de parpadear. En la vida habían visto a nadie desaparecer del escenario. De repente una nube de polvo rodeó el centro del estrado. De blanco y negro clásico apareció el mago con la paloma en el hombro. Los aplausos se mezclaban entre sí, era el truco de magia mas prodigioso jamás visto. Bravo! se escuchaba en cada rincón del patio de butacas. La paloma le guiñó un ojo a Mario. Mientras la visión de los humanos era incapaz de captar al Mario mellado, de baja estatura y con las piernas llenas de morados...

- ¿Dónde habrán guardado sus sueños para no verme? – dijo Mario-.
- Los sueños siempre están aquí, sólo hay que tener la intención de verlos. Mientras tanto, nunca dejes de soñar.



Paranoias nocturnas. Bruixot 24 de noviembre de 2005

martes, noviembre 22, 2005

Mamá comprame unas botas


No era época de rebajas, ella lo sabía. Pese a ello iba sorteando los escaparates de la ciudad buscando tras los cristales unos zapatos que pudieran ir a juego con sus vestidos, aquellos que fue acumulando con el paso de los años, como quien acumula apuntes o libros, una vez usados pasan al mayor de los ostracismos conocidos.Se guiaba por el suelo de los escaparates y aquellos cuyo color le gustaba eran el presagio perfecto para encontrar ese calzado buscado, como una Cenicienta pendiente de encontrar su príncipe deseado.

Entraba en una y otra tienda. Se probaba un modelo. Le indicaba a la dependienta que le sacara la parte amante del par. Era todo un rito: pasearse por delante de los espejos sabiendo que se veía a sí misma y que algunos ojos ajenos se fijaban en ella. Lo sabía y le gustaba compartir ese momento con personas capaces de derramar, en tiempos individualistas, unos segundos en ella. Era tan humilde que apenas podía plantearse la compra de las plantillas de cualquiera de los pares que se probó. Pero ella se divertía.

Salía a la calle, el aire le recordaba que se acercaba el invierno, que siempre olvidaba la bufanda y que como cuando era niña, en la esquina vendían castañas dentro de un cucurucho de cartón. Partió una con los dientes mientras el bolso comenzó a sacudirse. Se aproximó el auricular al oído. Le llamaban para confirmarle la fecha de su exposición, aquel estudio sobre Kipling en el que tantos años había trabajado.

Entró en otra tienda más. Echó un vistazo rápido, se sentó en el taburete tapizado en negro mientras se desataba los cordones. Alguna vez le hubiera gustado ser un cordón, se los imaginaba tan platónicos siempre unidos e inseparables a su par, juguetones, felices. Descalza se probó un zapato negro, luego uno blanco, uno con tacón, otro forrado en terciopelo. La dependienta no sabía que hacer para satisfacer sus gustos. Cuando se disponía a salir, de reojo observó un par que se encontraba arrinconado, donde la vista no podía llegar a alcanzarlo. Le sedujo desde el primer momento, como los grandes amores, siempre nos observan desde el silencio pero se escapan a nuestros sentidos. Eran rojos, un rojo muy claro sin llegar a ser rosa o fucsia ni la fusión de ambos.
Hizo el ritual de siempre. Pie derecho, paso izquierdo, mirada en el espejo y vuelta. Le sentaban muy bien, realzaban su figura femenina además de combinar con sus faldas, camisas y cinturones.

“No podré comprarlos, no tengo ese dinero” le dijo a la dependienta.
“Tómalos, esta noches llegarás a ser princesa “ dijo la vendedora.

Sonrió mientras la dependienta le devolvía una sonrisa de la que se escapaban mariposas cuyo vuelo salpicaba motas de polvo de estrellas.

Le decisión fue difícil como todo amor, pero al final Carolina se decidió por los zapatos rojos. Ella no lo sabía pero esa noche el mundo se pararía mientras las calabazas se convertirían en carrozas. Por supuesto el príncipe rojo no faltaría a la cita de media noche. Desde ese momento había nacido Cenicienta.

(Foto Ruzqui). Gracias!

Paranoias Nocturnas. Bruixot 22 noviembre 2005

Otro siglo más



Últimamente los siglos pasan muy rápidos, en 365 días han pasado como mínimo dos si nos atenemos a esos partidos en los que todo el país está paralizado a la espera de que el árbitro por mediación de su silbato indique el inicio de la contienda. Van siendo varios siglos en los que me niego a pagar por ver un partido en un antro turbulento, pues esto se ha convertido más en un negocio que en un deporte. Esta vez opté por darme un paseo entre bosques encantados al rescate de niños a manos de brujas, cita pendiente que tenía con los hermanos Grimm.

Hacía tiempo que no salía, tanto que apenas han pasado unas horas y ni me acuerdo, lo veo todo tan lejano parece que haga varios días. La noche más popera de todas las noches. Al plegar las sábanas y salir de mi lecho, mi olfato me sorprende con la asquerosa fragancia que rodea mi habitación, mi ropa y a mi mismo. Los malos humos. Los odio. Un olor permanente, penetrante y perenne que envuelve todo mi entorno material. Y si eso es capaz de absorber estos objetos visibles y palpables, cuanto humo habrán absorbido mis pulmones. Humo gratuito...¿hasta cuándo? Me preguntaron si yo quería?..quién persigue a quién?

Cada vez me vuelvo más radical, será el paso de los siglos...

viernes, noviembre 18, 2005

Espantapájaros



"No se me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; pero eso sí ¡ y en esto soy irreductible ! no
les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben
volar
¡ pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Esta fue - y no otra- la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿ Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado?

­ María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando se preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba las compras, sus quehaceres...

¡ Con qué impaciencia esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí¡ lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado ¡

" María Luisa! ­ María Luisa!"... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Que delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ­¡ Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes... la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿ puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿ Verdad que no hay diferencia sustancial entre vivir con una vaca que con una mujer que tenga las
nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedreste , y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando. "
(Capítulo I de Espantapájaros. Oliverio Girondo)



No me voy a conformar con menos. A partir de ahora la primera pregunta será ¿sabes volar? Buscaré entre las mujeres mariposas, libélulas, brujas, hadas, trapecistas, acrobatas, azafatas, pilotos, astronautas... surcaré para ello todo el infinito celeste. Por supuesto, abstenerse no voladoras. Aplíquese también al sexo masculino. Chicas y chicos no os conforméis con un hombre terrestre.

jueves, noviembre 17, 2005

Ojos que no ven


El otro día estaba en mi sucursal "cajaria" (los bancos siempre fueron para los ricos) esperando mi turno mientras escuchaba la voz aterciopelada de la mujer invisible "por favor coja su ticket". ¿Os habéis parado a pensar como será esa mujer? Qué hará cuando llegue a casa y vea a su marido? Le dirá también que coja el ticket y espere en la cola, pobre marido...en fin que por un instante se hizo silencio y se paró el mundo: me encontraba navegando entre los cuadros de la entidad. No eran si no cuadros de 3D, esos mágicos (al menos ese es el mito) que tienes que captar una imagen oculta entre el conjunto del dibujo.

Nunca he comprendido esos cuadros y mira que chapurreo idiomas. He intentado centrar la vista, descentrarla, poner los ojos bizcos, acercarme, alejarme, hacer el pino y todavía no he llegado a ver ninguna imagen. Sólo me falta probar con unas copas de más (residirá ahí el secreto). Ahora que a mi no me engañan. Siempre en esos momentos están los típicos conchabados que se ponen de acuerdo dos minutos antes, vamos que no escucho yo los murmullos. Y te dicen hay una mariposa y como todos se han puesto de acuerdo te dejan mal, mientras tú te estás ilusionando ópticamente en la figura de un coche, perro, estrella o cualquier disparate que se te ocurra, pues es un conjunto de trazos confusos lo único que ves.

Coja su ticket por favor...



Pd. A ver que es lo que adivináis esta vez.

Spnb




Para que la luna llena nunca choque contra el suelo
Hemos de encontrarnos siempre a las afueras del pueblo
Con todos los besos nuestros
Son preciosos nuestros besos a las afueras del pueblo
¿Qué pueden tener de malo,
si es lo que mejor hacemos?
¿Por qué han de ser escondidos
los secretos y los sueños?
Son preciosos nuestros besos
Pero nadie debe verlos, y es lo que mejor hacemos

Para que la luna llena nunca choque contra el suelo
Para que siempre podamos conocidos encontrarnos
Alargarnos la sonrisa, sacudirnos la distancia
Y poder burlar al tiempo
Para que la luna Llena nunca choque contra el suelo

Al final de la partida que siempre empiezo ganando
A las afueras del pueblo, tú me sigues abrigando
Y te marchas caminando
Y aunque todo ha terminado, de hecho todo está empezando
Y en la procesión del Cristo engañaremos hasta al viento
Somos los únicos miembros de una sociedad secreta
Son preciosos nuestros besos
Son preciosos nuestros besos
Son preciosos nuestros besos aunque nadie pueda verlos
Son Preciosos Nuestros Besos


Spnb - Iván Ferreiro


Mientras escucháis esta "nana" dedicad un segundo para alzar vuestra mirada al cielo. Dejad que vuestra vista juegue con el infinito y contemplad esa bonita luna llena que hoy nos visita. Es para viajar, darse una vueltecita, perderse, sonreír y volver a aterrizar. No dejemos que nunca choque contra el suelo.

Estamos en vísperas de conciertos. Es ya una tradición mi repaso loco de toda aquellas melodías con las que me fusionaré en breve. Iván Ferreiro, Chaouen, quizá Esmeralda Grao esta vez. Es curioso, las prisas que me entran en el último momento por intentar no llegar tarde, cuando ya es demasiado tarde, pues descubriré realmente canciones ocultas después de toparme de bruces con ellas. Bueno una cosa positiva tiene, te abren los ojos ante grandes soplos que tenemos cerca y que no advertimos su llamada.

Al menos Son Preciosos Nuestros Besos

domingo, noviembre 13, 2005

When the Belfast Child sings again


Siempre llego tarde a los sitios, aunque quizás no sea así y llegue en el momento adecuado en el que deben desarrollarse los acontecimientos. Sin necesidad de apresurarse ni de ir corriendo de un lado hacia otro sin sentido. En el momento preciso para comprender y pensar. Tenía una cita pendiente desde 1996 para ver Michael Collins. Un poco más y cumplo lo del dicho de "recuerda dentro de diez años tienes una cita".
Esta vez la pude ver en casa, relajado empapándome al máximo de una realidad histórica; la historia de un Eire ensangrentado a través del bloody sunday, dividido, oprimido por Inglaterra y que actualmente sigue candente, aunque se vislumbren luces que otorgan esperanzas para alcanzar a ver el fin del abismo. .

Siempre me gustaron las películas con cierto componente histórico. No sé si porque intentan abrirnos los ojos ante las crueldades que los seres humanos somos capaces de hacer y seguimos haciendo a lo largo de la historia. Películas que te estremecen y como siempre te centran un poco más en este mundo, en por qué estás aquí o gracias a cuantos ríos de sangre inocente se ha conseguido este status que tenemos. Como siempre, si volvemos nuestra mirada al pasado, o a otros lugares de este planeta, nos damos cuenta de que no deberíamos tener derecho hoy en día a quejarnos por tonterías banales que están a nuestro alrededor.


No ahondaré en el tema porque no estoy documentado y la película ofrece una visión particular, que no sabemos si es la correcta. De ella sacamos que Michael Collins fue el cabecilla de las revueltas irlandesas contra el gobierno inglés. La proclamada pero no reconocida República de Irlanda. Como Michael Collins pasa de ser un sanguinario a negociador con el gobierno inglés del que consiguió lo que nunca nadie había conseguido: libertad y la independencia. Pero estos hechos provocaron la división entre sus propios hermanos, los que estaban a favor y en contra de este tratado logrado. Estos acontecimientos derivaron en una emboscada en la que Collins fue asesinado en su pueblo natal por paisanos con los que hasta hacía poco había luchado por una causa común. Lejos de solucionar el conflicto, posteriormente vendría una guerra civil traducida en un número más amplio de .víctimas...pero Michael Collins ya había sido enterrado ante multitud de seguidores.

Como siempre destacar el papel de Liam Neeson. Los papeles de hombre duro encargado de cambiar la historia le van como anillo al dedo.



Belfast Child

When my love said to me,
Meet me down by the gallow tree.
For it's sad news I bring,
About this old town and all that it's offering.
Some say troubles abound,Some day soon they're gonna pull the old town down.
One day we'll return here,When the Belfast Child sings again


Brothers, sisters, where are you now?
As I look for you right through the crowd.
All my life here I've spent,
With my faith in God the Church and the Government.
But there's sadness abound,
Some day soon they're gonna pull the old town down.

One day we'll return here,
When the Belfast Child sings again,
When the Belfast Child sings again

So come back Billy, won't you come on home?
Come back Mary, you've been away so long.
The streets are empty, and your mother's gone.
The girls are crying, it's been oh so long.
And your father's calling, come on home.
Won't you come on home, won't you come on home?

Come back people, you've been gone a while,
And the war is raging, through the Emerald Isle.
That's flesh and blood man, that's flesh and blood,
All the girls are crying but all's not lost.

The streets are empty, the streets are cold.
Won't you come on home, won't you come on home?

The streets are empty,
Life goes on.

One day we'll return here,
When the Belfast Child sings again,
When the Belfast Child sings again.

Simple Minds "Belfast Child"

martes, noviembre 08, 2005

Animalario


Cada mañana suelo ir caminando hacia el lugar de trabajo, bien para conciliarme con mi persona, es decir un poquito de aire fresco es la mejor crema reductora de arrugas y la mejor cafeína, y a su vez para fusionarme entre el asfalto y habitantes de esta ciudad.
El caso que esa mañana era otra de esas mañanas en la que el trayecto siempre te aporta cosas nuevas transmitidas a través de una cara, un lugar, un aroma, un sonido, recuerdos... hasta que me encontré con un gato. Por el color parecía un siamés pero sin lugar a dudas por el aspecto de su pelo deshilachado, se trataba de un gato callejero.
Se encontraba en medio de un descampado, próximo edificio a construir. Sigiloso a la luz del amanecer cavaba con sus patas un agujero. No soy un entendido en animales, es por ello mi sorpresa cuando lo vi como hacía sus necesidades dentro del mismo. En esos momentos esbozo una sonrisa matutina, sólo por estas cosas merece la pena madrugar.

Si esto es capaz de hacer un gato sin la educación, que será posible de hacer uno que vaya a la escuela, y de la universidad ya ni hablo.

Metros adelante me tropiezo con una caseta verde, de esas de la Once. En su vientre aparece un cartel. “Gracias a vuestra ayuda hemos adiestrado 800 perros guía...”. Me sigo soprendiendo de lo que es capaz de hacer el género animal.
Mientras las golondrinas sobrevuelan la cabeza, en número profundamente limitado y cada vez menor, ¿por qué será? Será que hace mucho calor para ellas, será que nos las estamos cargando.

Avanzo en mi camino y me encuentro con una papelera verde, avanzo metros otra, y otra más...cuatro, cinco, seis, siete....y así podría estar todo un día.
Estoy seguro que España gana una estadística mundial en cuanto a medio ambiente: somos el país del mundo que más papeleras tiene por metro cuadrado, así como el que más papel tira fuera. Y es cierto vas a otros países y no ves papeleras, pero tampoco papeles en las calles.

Si una conclusión pude sacar del día, si es que ya no lo tenía suficientemente verificado, fue que cualquier animal es mucho más inteligente que el género humano. Que pasará el día que las hormigas sepan escribir, que los perros puedan leer, y las tortugas estudiar, ¿a dónde iremos a parar?

domingo, noviembre 06, 2005

El corazón en los pies


El corazón en los pies. Juan Carlos Ortega
Diario El País 25 de agosto de 2005

Tuve una novia que siempre llegaba tarde. El día de nuestra primera cita estuve esperándola veinte minutos en la boca de un metro. Apareció sonriente y no se disculpó. Yo interpreté la tardanza, erróneamente, como una estrategia para dejar las cosas bien claras desde el principio: "Yo seré siempre la deseada; tú, el que irremediablemente sufrirás esperándome". Fuimos a cenar a un restaurante y, como en todas las primeras citas, los dos fingimos ser otros muchísimo mejores. Acabamos la noche sentados en unas rocas del puerto olímpico de Barcelona, besándonos como tontos mientras leíamos absurdos poemas de Benedetti. La relación duró tres años y medio, y su impuntualidad aumentaba día a día. Me acostumbré a esperarla en las taquillas de los cines, en las barras de los bares y hasta en la mismísima puerta de su casa. Yo aguantaba resignado, porque mi ilusión por verla compensaba sobradamente el intenso dolor en los pies. Pero un día, inesperadamente, hice algo bastante extraño. Era un domingo por la tarde y yo estaba triste porque, en aquella época, las tardes dominicales, con esa luz azulada, me hacían pensar en temas espantosos. Llevaba 45 minutos esperándola, sentado en un banco de la plaza de Cataluña. Tuve bastante claro que, cuando por fin llegara, le diría algo desagradable, pero no se me ocurría nada. Fue entonces cuando, probablemente, realicé el primer cálculo de mi vida. Cambié de posición en el banco para evitar que mis piernas se durmieran sin posibilidad de despertar jamás y, mentalmente, calculé cuánto tiempo llevaba esperándola desde que empezamos a salir. Tres años de noviazgo, a razón de cuatro esperas semanales de 45 minutos de media, daban una cifra espectacular. Me di pena a mí mismo. Había estado esperando a mi chica seis días y medio, siempre de pie, siempre ilusionado, siempre un pelín cabreado. Cuando apareció, sonriente como siempre, le solté la cifra. Me dijo que yo era un chico muy ocurrente, pero que tenía hambre y le apetecía ir a comer algo a un sitio de tapas que ella conocía. Le aseguré que no había hecho el cálculo para hacerle reír, sino para que entendiera que yo también era un ser humano real, con un reloj real que funcionaba y unos pies demasiado reales que se cansaban excesivamente. A ella le dio igual. Entonces se me ocurrió la gran idea. Le dije, muy serio: "Escúchame atentamente. Voy a hacer una cosa y me gustaría que no te lo tomaras a broma. A partir de ahora, cuando pase un minuto de la hora convenida y no hayas llegado, empezaré descaradamente a mirar a otras chicas". Se quedó helada, pero mi plan resultó ser de una eficacia asombrosa. Desde ese momento, llegó siempre puntual. Pero la vida tiene sus caprichos y, pese a su nueva puntualidad, nacida del amor, yo empecé igualmente a mirar a otras chicas



Así es que a partir de ahora el esperar se va a acabar, o bien me dedicaré a otros menesteres más interesantes. Ya está bien de perder tiempo.

sábado, noviembre 05, 2005

Sudoku




¿Quién pensó que todo estaba descubierto en el mundo de los pasatiempos con las ancianas sopas de letras, los parlanchines autodefinidos o los incomprendidos jeroglíficos? Incluso hay quien osó a enterrarlos antes de tiempo.
Desde el pasado verano, esta página del períodico ha vuelto a captar mi atención durante minutos, quien sabe si horas, reengánchadome a este abandonado mundo al que quizá con suerte nos dedicamos en época estival, si no se queda en un rincón del olvido para siempre, esperando que venga alguien al rescate.
Y ha sido gracias a este nuevo fenómeno de masas importado desde Japón llamado sudoku. Es un rompecabezas númerico se popularizó en país nipon en 1986, aunque se ha dado a conocer en el ámbito internacional este año. Sin embargo se cree que su origen tuvo como fuente los trabajos del matemático suizo Euler en el siglo XVIII, utilizando el sistema para realizar cálculos de probabilidades.
El objetivo del juego es rellenar cuadrados divididos a su vez por 9 cuadritos en los que deben coincidir las cifras del 1 al 9 sin repetir número alguno en la misma fila o columna, partiendo de algunos números ya dispuestos en algunas de las celdas. La solución es única, y se necesita mucho tiempo, paciencia, constancia y sobre todo ganas de estrujarse el cráneo para resolverlo. Para lograrlo, debes encontrar la combinación única entre las distintas opciones posibles. Pero esto se va logrando pasito a pasito. Al cruzar todos las cifras existentes entre columnas y filas, descubres una cifra única que llenará un cuadradito, abriendo ésta a su vez nuevas puertas para completar el cuadro final.

A mi me ha enganchado el juego; en el bus, andando hacia el trabajo, conciliando el sueño, soñando, en el sudoku...y como no soy testarudo no he parado hasta que lo he sacado. Después de varios días de esfuerzo conseguí resolver mi primer sudoku y que a gusto me he quedado. Ya me he hecho mayor. Se ha tratado de un sudoku samurai, que no es si no que la conjunción de cinco sudokus a la vez. Pero si un estudiante de letras mixtas puede lograrlo, cualquiera puede conseguirlo. Les invito a que tomen parte de este pasatiempo algebraico el cual les ayudará a desarrollar su mente. Provoca adicción, avisados están.

Pasiones y virtudes


Antes de que este planeta estuviese habitado por hombres y por mujeres vivían en él pasiones y virtudes. Estuvieron viviendo durante cientos y cientos de años y durante toda una eternidad pasiones y virtudes que se aburrían de lo lindo con el transcurrir de los siglos, así que cada día trataban de inventar un juego nuevo al que jugar para que se hiciese mas llevadera la larga, larga, larga, larga existencia.

Cuando el aburrimiento estaba bostezando por tercera vez, la locura, como siempre tan loca propuso: ¿Por qué no jugamos al escondite? la intriga levantó la ceja "intrigada" y la curiosidad, sin poder contenerse, preguntó: Al escondite, ¿cómo es eso...?. Es el juego -explicó la locura- en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, mientras vosotros os escondéis y cuando yo haya terminado de contar, al primero de vosotros que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.

El entusiasmo bailó "entusiasmado", secundado por la euforia. La alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda e incluso hasta a la apatía a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La verdad prefirió no esconderse, ¿para qué? si al final siempre la hallaban. La soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiese salido de ella) y la cobardía prefirió no esconderse.
Uno, dos, tres... comenzó a contar la locura.

La primera en esconderse fue la pereza, dejándose caer tras la primera piedra del camino.
La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra del triunfo, quien con su propio esfuerzo había logrado subir hasta la copa del árbol más alto.
La generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: Un lago cristalino: ideal para la belleza. Una hendija en un árbol: perfecto para la timidez. El vuelo de una mariposa: lo mejor para la voluptuosidad. Una ráfaga de viento: magnífico para la libertad. Así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo, pero sólo para él.
La mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes.
El olvido... se me "olvidó" donde se escondió pero eso no es lo más importante.

Cuando la locura contaba ya los novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve, el amor aún no había encontrado sitio donde esconderse entre las flores.
-Un millón- contó la locura y comenzó a buscar. La primera fue la pereza, a sólo tres pasos, detrás de una piedra. Después se escuchó a la fe conversando con Dios y a la pasión y al deseo los sintió vibrar en los volcanes.
En un descuido encontró a la envidia y ¡claro! pudo ver donde estaba el triunfo.
Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la belleza.
Con la duda resultó todavía más fácil, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos: al talento entre la hierba fresca; a la angustia en una cueva oscura; a la mentira detrás del arco iris (mentira, en el fondo de los océanos); hasta el olvido... se le "olvidó" que ya había olvidado que estaba jugando a los escondidos.
Sólo el amor no aparecía por ningún sitio.

La locura buscó detrás de cada árbol, en cada arroyuelo y mar del planeta, en la cima de las montañas... y cuando ya estaba por darse por vencida, divisó un rosal y pensó: "El amor, como siempre, tan cursi, seguro se escondió entre las rosas".

Amor sal ya que se hace tarde, pero el amor ya sabéis que es muy indeciso, y no solamente uno tarda en encontrarlo, sino que a veces tarda demasiado en salir a la luz. El amor asustado no salía. La envidia que suele preocuparse bastante más de los demás que de sí misma, se acercó al oído de la locura y le dijo: El amor esta oculto en esas zarzas. La locura muy enfadada fue hacia las zarzas y empezó a gritar : ¡Amor sal ya!, se nos hace tarde. Pero yo les he dicho ya que el amor es indeciso, y una vez que lo encuentras es difícil sacarlo. La locura muy enfadada trato de meter la mano entre las zarzas para sacar al amor de las solapas, con la mala fortuna que se pinchó con una espina. A veces hacer salir al amor es doloroso. La locura estaba tan enfadada, que agarró una vara que había junto a las zarzas, la introdujo en el matorral y empezó a agitarla entre las ramas. De repente sonó un grito. De entre las ramas de las zarzas salió el amor con las cuencas de los ojos ensangrentadas. La locura en su locura al agitar la vara entre las zarzas le había sacado los ojos al amor, dejándolo ciego para siempre. Todos se quedaron muy callados mirando al amor con las cuencas vacías, sin saber qué decir nadie. Quizá aquella fue la única ocasión en la que la locura hablo con un poquíto de cordura, porque dijo: No os preocupéis, desde ahora yo seré sus ojos.Y es por eso que desde entonces el amor es ciego, y la locura son sus ojos.

viernes, noviembre 04, 2005

Mileurista




"Soy mileurista, lo reconozco..."

Hace un par de semanas leí un artículo de "El País" que no tenía nada de desperdicio. Definía lo que día a día se está convirtiendo más en la generación "mileurista".
Por mileurista debemos entender todo joven entre 25 y 34 años cuyo perfil cumple varios de los siguientes requisitos:

- Su sueldo ronda los 1000 Euros (de ahí la palabra).
- Posee una formación académica superior. Se trata de licenciados que hablan varios idiomas, con el curriculum lleno de cursillos o incluso haber realizado algún master. Sin embargo, la mayoría de mileuristas nunca han trabajado en aquello para lo que tanto esfuerzo y horas le dedicaron.
- Por otra parte, para el mileurista es muy difícil salir del nido familiar debido a la amplia diferencia entre salario y precio de vivienda. Por lo que muchos viven de alquiler en pisos compartidos con otros mileuristas o bien continúan en casa de los padres o los mas osados hipotecados hasta la médula al comprar su propia vivienda llegando a pagar hasta el 50 % de su sueldo.

Y es que no es de extrañar que un 30% de los jóvenes entre 30 y 35 años viva todavía con sus padres. Si vamos bajando la estadística unos años nos encontramos con que el 63% de los jóvenes entre 25 y 29 años sigue en casa y entre los 18 y 25 años la cifra aumenta hasta el 95%.

- El mileurista debe olvidarse también de muchos caprichos en cuanto a ocio y tiempo libre, pues debe vivir al día porque su sueldo no da para más.

Es una pena que la generación más preparada de la historia de España nunca pueda desarrollar todo ese potencial que tiene dentro. Se está echando a perder un gran capital humano. Luego nos critican por no independizarnos, o tener la tasa de natalidad más baja de la historia. Pero ¿es que se puede? Sería todo más fácil si los salarios subieran en la misma relación que suben los precios. Es decir, si un producto que antes costaba 100 pesetas ahora cuesta 1 euro, pues si tú antes cobrabas 100.000 pesetas...pues por esa cantidad te deberían pagar 1000 euros. Eso si no aplicarnos la regla de tres subida precios de vivienda con subida de sueldos a ver que es lo que pasaba. En fin, seguiremos viviendo al día hasta que el cuerpo aguanto.
Mileuristas del mundo uníos!

Aquí os dejo el artículo:
http://www.elpais.es/articulo/elpdompor/20051023elpdmgpor_1/Tes/

miércoles, noviembre 02, 2005

Seguiremos cenando


Miércoles, sinónimo de filmoteca, de buen cine a mejor precio (1,5 euros). Son ocasiones que no se pueden desperdiciar. La semana pasada accedí a ver después de muchas dudas "Hotel Rwanda".
Se trata de una super producción que relata un drama muy duro aunque por momentos se narra desde el más puro estado hollywoodiense.

Aún así la película nos acerca a nosotras, las personas del denominado primer mundo, uno de los mayores genocidios de la historia: la guerra entre hutus y tutsis. Probablemente la mayor matanza de la última década junto a las muertes de la absurda guerra de Irak. Nos abre los ojos ante tal desconocimiento, pues nadie apenas se enteró del verdadero efecto de esta masacre. Nos recuerda que en el corazón de África existe un país que se llama Rwanda con un estado social y político sumido en el caos.

Quizás el hecho de no haber petróleo de por medio hizo que no sólo Europa, sino los EEUU (omitidos en la cinta, si no recuerdo mal sólo menciona al primer mundo u occidentales, la ONU y Europa...como iban a ser ellos culpables) y la ONU volvieran la espalda a Rwanda, unido a su vez con unos medios de comunicación desinteresados por la cobertura de la problemática, sin motivación ante una noticia que no iba a vender, y finalmente la actitud de una sociedad acomodada en los países del primer mundo, formaron el cóctel necesario para sumir en el mayor de los ostracismos la situación del país africano

Y aún así ¿que se habría evitado?. Quizás con una intervención anticipada y acorde a las circunstancias y no la pantomima de la ONU, miles de muertes se habrían evitado. Pero por desgracia los muertos tienen color y ya no sólo por el racismo impregnado, sino por el color del petróleo. Mientras tanto de que hubiera servido esas imágenes para alertarnos del problema...los "ricos" habríamos seguido cenando mientras veíamos el telediario.

¿Cúantas Ruandas existirán actualmente? ¿En cuántas hay misiones de paz? ¿Está el oro negro por medio?. Si un mensaje claro transmite la película es que nuestros gobiernos y nosotros, no debemos permitir que atrocidades de tal calibre se repitan, que las hay, y no sólo diferenciar entre guerras de primera división (donde hay petróleo de por medio) con las guerras de categorías inferiores (guerras olvidadas).

¿Vamos a seguir cenando? ¿Hasta cuando seguiremos pasando vergüenza ajena? Visto lo visto, no deberíamos tener derecho a quejarnos por tantas banalidades.

martes, noviembre 01, 2005

Ciudad Medieval


Como cada año, en las semanas previas a la festividad de todos los santos, la ciudad se pone guapa, saca del armario antiguos vestidos, olores y sonidos, para disfrazarse de lo que pudo llegar a ser una villa siglos atrás. Durante este par de semanas la ciudad ha convivido con ese espíritu medieval que quizás no es en el que vivió antaño, pero que tanto colorido y ambiente aporta en nuestra actualidad.

La celebración anual del Festival de Música y Teatro Medieval te hace retornar a paisajes lejanos, a otras épocas llenas de juglares, druidas, leyendas, quijotes, artesanos, fuegos, pólvora, mercados, acróbatas, magos, abanderados...todo un gran elenco representado a través de teatro, cine y música en lugares de ensueño como son las calles engalonadas del centro de la ciudad y antiguas iglesias. A su vez, los años pares coincide con la representación extraordinaria del Misteri, cuyo drama te retrotrae siglos atrás.

Cada año el Festival arrastra multitud de visitantes entre turistas y autóctonos lo que implica una revitalización de la ciudad en doble sentido: recibir mayor número de visitantes y evitar que sus vecinos se marchen a otros lugares próximos.
Cabe destacar el ambiente y la incidencia del Festival en los comercios situados en las zonas donde se desarrollan las actividades, dejando sin embargo filtrear a los fantasmas en el resto de calles y comercios del casco urbano.

Es de elogiar este tipo de iniciativas teniendo en cuenta que todas las actuaciones y eventos mantienen sus precios medievales, es decir, nada de monedas ni billetes o similares. Sin embargo la única pega es que los mercadillos venden productos medievales a precios del siglo XXII, pero no todo se puede tener...

Larga vida al festival!

domingo, octubre 30, 2005

Llamada



Llamada. Manuel Vicent. Diario El País 8-12-2002

No había nadie en el bar salvo ellos dos, una pareja de adolescentes sentados frente a frente, bebiendo inocentes refrescos de naranja. En la mesa, entre los vasos, habían dejado abiertos los teléfonos móviles, que sonaban a veces y entonces él o ella se ponía a charlar alegremente con un ser ajeno e invisible mientras el otro se quedaba hierático. El chico estaba muy enamorado de la chica, pero era incapaz de manifestarle su pasión. Sólo se atrevía a mirarla con intensidad a los ojos y ella ya había captado las turbulencias del corazón de su amigo y también le amaba, pero no podía ayudarle en nada, debido a su extremada timidez. Hablaban de cosas anodinas, sin comprometerse en absoluto. Las palabras iban del uno al otro directamente a través de la vibración del aire sobre el mármol de la mesa. El chico necesitaba declararle su amor y la chica esperaba que lo hiciera ya de una vez, un sueño imposible, porque entre ellos había un barrera psicológica insalvable. Cualquier gesto o inflexión de voz, al estar sus rostros tan cerca, podía delatar un sentimiento íntimo y eso les llenaba de terror.

Había media luz en el bar, el hilo musical vertía una melodía propicia y los labios de los enamorados permanecían a una mínima distacia infranqueable. El corazón de los adolescentes de hoy tiene un compartimento más. Se compone de dos ventrículos, de dos aurículas y de un teléfono móvil, que también bombea sangre.

De pronto, este joven tímido y enamorado tuvo una inspiración. Usó el móvil para hablar con la chica que ténía delante sin dejar de mirarla profundamente a los ojos. Cuando sonó la llamada la chica descolgó.La pareja comenzó a hablarse de forma descarnada como si fueran invisibles. Ninguno de los dos ignoraba que a través de los móviles su voz su convertía en ondas elctromagnéticas, viajaba al espacio sideral y luego volvía para penetrar en el cerebro del otro. Brutalmente desinhibido, el chico le dijo que la amaba. La chica le contestó que todas las noches soñaba con él pero sus expresiones de amor sin amarras tenían dos vehículos: una voz recorría el aire sobre la mesa del bar por medio de la vibración natural y sonaba terriblemente vulgar; la otra bajaba desde un satélite de la estratosfera cargada de libertad e imaginación. "Te amo, te amo", le decía el chico. "Oigo dos voces a la vez, ¿a cuál de ellas debo creer?", pregunto ella. El chico le dijo que creyera en el amor que a través de las ondas magnéticas le llegaba por la sangre hasta el corazón.

"Todos los días viéndose el uno al otro y al final...no se dirán nada."

El hombre invisible


"Aquí vuelve el nota, el nota del mechón blanco, el primo de Lobo López, el amanuense del marinero Joselito, el catalán más sevillano: Jose María López Sanfeliu....Kiko ha vuelto, pero Kiko con su mente acerada te responde que de eso nada, que no vuelve pues nunca se ha ido. Lógica aplastante, en lo que llevamos de siglo XXI ha hecho centenares de actuaciones y que ha compuesto, grabado y producido
....
Kiko sabe de esgrima verbal, lanza estocadas y renuncia a clavar. Que no pero que sí. Acepta que se proclama “El Hombre Invisible” supone cierta reconciliación con la industria discográfica tras la ruptura que siguió a “La familia pollo” (2000). Después de cinco años hay nuevo trabajo de Kiko Veneno en las tiendas (cruza los dedos), en las radios y no, mejor no hablar de las televisiones. "Extraido de su página web www.kikoveneno.net

Desde hace ya un mes tenemos el esperado regreso del mechón más famoso de la península, sólo por un mechón así merecía la pena escucharle. Aunque los años pasan para todos y Kiko se ha convertido en un único mechón. El hombre Invisible, una autoproducción después de romper con su compañía (ver manifiesto liberacion http://www.kikoveneno.net/srincon.htm ) cuya venta en internet parece que funciona bastante bien.

Este camaleónico personaje, licenciado en filología, se marchó a California donde conoció a un gitano que daba recitales y clases de guitarra. Cuando regresó a España lo visitó en su pueblo y de aquella velada surgió su unión definitiva con el flamenco.
Luego vino Veneno, el grupo con los hermanos Amador e inclusó se atrevió a ser Frankestein en aquella fábrica o trampolín de grandes artistas llamada bola de cristal. Finalmente editó sus discos en solitario hasta llegar a el hombre invisible.

En este último trabajo han participado autores de la talla de Pau Donés, Jorge Drexler, Raimundo Amador, Alba Molina...y se trata de un disco bastante pegadizo con grandes temas como Contigo, Bilonguis, Ella no es la misma...son canciones muy buenas en la línea de Kiko aunque también se intuyen sonidos más rockeros.


Y que todo empezara en un viaje...

A disfrutarlo.

“Musho beti, eh”

Saludos Venenosos!

viernes, octubre 28, 2005

De aquí a la luna y volver
















Cuenta la leyenda que hace muchos años antes de la existencia de los humanos en nuestro planeta, vivían en un rincón de la selva africana un elefante y un ratón. Desde que ambos se conocieron y a pesar de sus diferencias físicas, ambos formaban una pareja perfecta. Ya saben que en la variedad se encuentra el gusto.

Una tarde mientras se encontraban paseando por la selva, bajo el respirar de los árboles y el susurro de las aves, seguían demostrándose las muestras de afecto mutuo. Ambos se disputaban por demostrar quién era capaz de ofrecer un amor más grande y profundo por el otro:

- Elefante, te quiero mucho. Afirmó el ratón
- ¿Cuánto me quieres? ¿A ver cómo de grande? Le preguntó el elefante.
- Te quiero desde aquí en la tierra donde estoy hasta encima de tu cabeza.
- Uum, cuanto me quieres – se sonrojó el elefante- Pues yo te quiero desde donde estás - En esos momentos el elefante cogió al ratón con la trompa, lo levantó hasta colocarlo sobre su cabeza –hasta aquí arriba.

El elefante había superado el amor inicial que el ratón le había mostrado. Pero el reto no acabó ahí. Cuentan las aves nocturnas de la selva que estuvieron la noche entera demostrándose quien quería más a quien. Y así pasaron días y ellos continuaban pues era tanto y tan grande el amor que sentían.

- Ratoncito, pues yo te quiero desde donde tú estás hasta la luna.

El corazón del ratoncito sentía uno de esos intensos gusanillos por todo aquello que le había dicho el elefante. No cabía de gozo ante tanta muestra de cariño. Pero a su vez tenía una profunda preocupación, pues no sabía como superar aquella muestra de afecto de su amado. Tras varios días sin descansar y mientras la cabeza del ratoncito le daba vueltas a como superar ese deseo, ambos cayeron rendidos y se durmieron entre la maleza.

A la mañana siguiente, con el despuntar de los primeros rayos de sol, unido al canto de las aves y el movimiento de los animales, el elefante despertó. Miró a su alrededor y buscó al ratoncito, pero éste había desaparecido. Tras buscar en todos los lugares y preguntar al resto de animales, ninguno sabía dónde había ido a parar. Le ayudaron. Los monos y tucanes buscaron en los árboles. Los avestruces bajo tierra. Leones y tigres recorrieron rápidamente cientos de kilómetros a la redonda. Los cocodrilos y los peces surcaron el agua. Pero el ratoncito no aparecía. Y así pasaron días y noches y el elefante estaba muy triste. Pensaba qué era lo que podía haber pasado. Llegó a la conclusión que quizás había ido muy lejos en su muestra de amor...ya se sabe el amor es muy caprichoso. Le gusta ser travieso y jugar, y no le gusta sentirse atrapado desde el primer momento. Al menos para algunos. Y eso es lo que pensaba la cabeza del elefante, que el ratón se había asustado.

Pasaron muchos días y más noches. El elefante se encontraba al borde de la desesperación. En una de esas noches despejadas en las que el cielo se encontraba cubierto de estrellas, el elefante andaba sin sentido de un lado para otro, sin brújula que lo guiara no sabía donde se encontraba ni que fecha era. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Su cabeza ida. Cada animal que veía le parecía tener la misma silueta del ratoncito, e iba detrás de él con el corazón encerrado entre sus huesos, pero pronto se daba cuenta de que no era y el mundo se volvía a derrumbar a sus pies. Y buscó en todos los rincones de la selva, hasta que un día se dio por vencido.

De repente escuchó un susurro a lo lejos, parecía ser la música del viento al jugar con la naturaleza.

- Elefante, elefante!!

El elefante no acababa de reconocer con claridad que era el rumor que escuchaba, procedía desde una distancia muy lejana.

- Elefante elefante!

Ahora ya empezaba a reconocer esa voz familiar. Pensaba que era producto de su locura hasta que se cercioró. Le temblaba todo: las piernas, orejas, corazón, pero todavía no lo veía. Miró hacia al sur, le pareció encontrarlo en el este, lo buscó en el norte, mientras se revolvía al oeste, pero no lo veía.

- Elefante estoy aquí!

Entonces el elefante alzó la cabeza al cielo y pudo ver al como el ratoncito le saludaba..

- Elefante, te quiero desde la luna a la tierra!.

El elefante se debatía en lágrimas, pero su corazón era capaz de hacer burbujas de todos los colores, tal era su emoción que apenas pudo encadenar sus siguientes palabras.

- Ratoncito, y yo de aquí a la luna y volver.

Cuenta la leyenda que el elefante desplegó sus orejas y fue a buscar al ratoncito. Dicen los científicos que la luna está formada por cráteres y que cambia según su movimiento alrededor de la tierra...pero todo esto es ciencia y es cosa de científcos. La luna no es sino un gran queso cuyos agujeritos son sino los distintos caminos y habitaciones del paraíso creado por el ratón donde ahora viven los enamorados. Si la luna cambia de figura, es porque nuestros amigos han salido a pasear, y el elefante cubre con su cuerpo la luz que esta transmite.
Cuentan las amigas estrellas, que en esos paseos, todavía nuestra pareja de enamorados siguen apostando por ver quien demuestra un amor más grande por el otro.


Con el permiso de Jessica y las niñas canarias, resumen onírico-mental de una noche de julio a la luz de la hoguera de 2003 y una noche de verano sin sueño de 2005. Bruixot 2005.


“ I would fly to the moon and back if you’ll be…, if you’ll be my baby…” Savage Garden

Carolina



Quien pueda asegurar que no se ha enamorado nunca al encontrarse de bruces con una vecin@ suy@, es decir de cualquier ciudadan@ que reside en su mismo municipio, está mintiendo.
Hay momentos en la vida de uno, en los que te planteas que ha llegado la hora de tomar ciertas decisiones. Sí, que va siendo hora de sentar la cabeza y por ello realizar los a priori llamados cambios drásticos, para pasar de adolescente perpétuo a adulto, pero que finalmente, te sigues siendo el mismo niño que eres.
Hacía tiempo que me rondaba ya la idea por la cabeza, y por momentos llegaba a convertirse en obsesión. Ya se sabe, las ceremonias tienen mucho que ver con ello, son caldo de cultivo para el desarrollo de todo ese germen de preguntas; que si la familia, los amigos, las informadoras, las mujeres adultas, bien para interés de sus retoñas o quien sabe si con la misma excusa por el suyo propio “pues a ver cuando te decides, será porque no quieres”.

Aquella tarde me encontraba desorientado, mis piernas me llevaban sin rumbo fijo, intentando conciliarme con mis paisanos, o quien sabe si iría a comprar, al trabajo, a cualquier actividad lúdica, incluso a otro planeta, quizás a Marte, quizás aMarte para siempre. Son cosas que pasan, casualidades. Al doblar una esquina me crucé con ella o ella se cruzó conmigo. Despeinada, con ese aire rebelde que tanto me gustaba y que le daba un aspecto muy atractivo. Desde ese momento supe que era un flechazo en toda regla. Un visto y no visto. No por mi parte. No pude evitar volver la cabeza y ver como su silueta era devorada por la distancia mientras nos alejábamos. A ella no le debí importar, como siempre, al menos fue lo que me demostró en aquel instante. Era un ciudadano más, un ser cotidiano del que no percibes su presencia.

Está claro que el escrutinio de la primera mirada no llegó al quórum deseado. Esto no iba a quedar ahí. No me rendiría tan pronto y si quería captar su atención o captarla a ella tendría que luchar duro. Como son las mujeres!

Poco a poco y sin ningún dato ni señal, fui dando figura a ese ser. Me inventé un nombre, cifras, olores, gustos... Cuando uno se enamora hace muchas tonterías y se pone a investigar sobre esa persona amada. Consultas a tus amistades para ver si la conocen, te arrimas a quien no saludabas, intentas averiguar el teléfono por las guías, sin ni siquiera saber como se llama, cambian tus gustos musicales, sociales, definitivamente todo que os voy a contar. Todo hasta lograr esa ansiada primera cita.

El caso es que conseguí su teléfono por algún modo poco ortodoxo. Incluso su nombre: Carolina, así se llamaba ella. Por fin logré concertar un encuentro con ella, bueno encuentro, simplemente me moví por su círculo de actuación.
Con el paso del tiempo se había convertido en una mujer más madura. Calzaba unos tacones que resaltaban su grandeza y podía minimizarme en cualquier momento desde lo alto de su silueta. Con voz tímida aproveché para preguntarle la hora: "Las cuatro y diez" respondió ella. Espontáneamente le dije si sabía dónde se repartían los sueños. Debió tomarme por un poco loco pero el caso es que sonrío, aunque ella siguió su camino. Desapareció.

Desde entonces sigo teniendo encuentros pasajeros, segundos en los que el corazón da un vuelco y tu cara ofrece la mejor de tus sonrisas. Cierro los ojos y recuerdo esa instantánea. En esos encuentros le susurro si alguna vez ha probado un sueño, que existe un lugar en el mundo en el que las sábanas son algodón de azúcar, las almohadas son de plastilina mientras los colchones tío vivo de feria. “Ya está el chico de los sueños” menciona cuando me ve...y en el fondo tiene razón a mi me gustaría ser su repartidor de sueños y cada noche dejarle una carta bajo la almohada en la que estuviera llena de imágenes, utopías, sonrisas, paisajes y besos.

Pero ya se sabe que todo es difícil de conseguir, y si mi timidez lo permite, no cesaré en el empeño. El que no la sigue no la consigue. Seguiré haciendo esfuerzos sobrehumanos para conseguirte, pasándolo mal, pues así me tratas, pero estoy seguro que en dos años, Carolina serás mía.

lunes, octubre 24, 2005

Lo profundo


"Lo profundo"

John Blanchard se levantó de la banca, alisó su uniforme de marino y estudió a la muchedumbre que hormigueaba en la Grand Central Station. Buscaba a la chica cuyo corazón conocía, pero cuya cara no había visto jamás, la chica con una rosa en su solapa. Su interés en ella había empezado trece meses antes en una biblioteca de Florida. Al tomar un libro de un estante, se sintió intrigado, no por las palabras del libro, sino por las notas escritas en lápiz en el margen. La suave letra reflejaba un alma pensativa y una mente lúcida. En la primera página del libro, descubrió el nombre de la antigua propietaria del libro, Miss Hollis Maynell. Invirtiendo tiempo y esfuerzo, consiguió su dirección. Ella vivía en la ciudad de Nueva York. Le escribió una carta presentándose e invitándola a cartearse. Al día siguiente, sin embargo, fue embarcado a ultramar para servir en la Segunda Guerra Mundial. Durante el año y el mes que siguieron, ambos llegaron a conocerse a través de su correspondencia. Cada carta era una semilla que caía en un corazón fértil; un romance comenzaba a nacer. Blanchard le pidió una fotografía, pero ella se rehusó. Ella pensaba que si el realmente estaba interesado en ella, su apariencia no debía importar. Cuando finalmente llegó el día en que el debía regresar de Europa, ambos fijaron su primera cita a las siete de la noche, en la Grand Central Station de Nueva York. Ella escribió: "Me reconocerás por la rosa roja que llevaré puesta en la solapa". Así que a las siete en punto, el estaba en la estación, buscando a la chica cuyo corazón amaba, pero cuya cara desconocía. Dejaré que Mr. Blanchard relate lo que sucedió después: "Una joven venía hacia mí, y su figura era larga y delgada. Su cabello rubio caía hacia atrás en rizos sobre sus delicadas orejas; sus ojos eran tan azules como flores. Sus labios y su barbilla tenían una firmeza amable y, enfundada en su traje verde claro, era como la primavera encarnada. Comencé a caminar hacia ella, olvidando por completo que debía buscar una rosa roja en su solapa. Al acercarme, una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios. '¿Vas en esa dirección, marinero?' murmuró. Casi incontrolablemente, dí un paso para seguirla y en ese momento vi a Hollis Maynell. Estaba parada casi detrás de la chica. Era una mujer de más de cuarenta años, con cabello entrecano que asomaba bajo un sombrero gastado. Era bastante llenita y sus pies, anchos como sus tobillos, lucían unos zapatos de tacón bajo. La chica del traje verde se alejaba rápidamente. Me sentí como partido en dos, tan vivo era mi deseo de seguirla y, sin embargo, tan profundo era mi anhelo por conocer a la mujer cuyo espíritu me había acompañado tan sinceramente y que se confundía con el mío. Y ahí estaba ella. Su faz pálida y regordeta era dulce e inteligente, y sus ojos grises tenían un destello cálido y amable. No dudé más. Mis dedos afianzaron la gastada cubierta de piel azul del pequeño volumen que haría que ella me identificara. Esto no sería amor, pero sería algo precioso, algo quizás aun mejor que el amor: una amistad por la cual yo estaba y debía estar siempre agradecido. Me cuadré, saludé y le extendí el libro a la mujer, a pesar de que sentía que, al hablar, me ahogaba la amargura de mi desencanto. 'Soy el teniente John Blanchard, y usted debe ser Miss Maynell. Estoy muy contento de que pudiera usted acudir a nuestra cita. ¿Puedo invitarla a cenar?' La cara de la mujer se ensanchó con una sonrisa tolerante. 'No sé de que se trata todo esto, muchacho' respondió, 'pero la senorita del traje verde que acaba de pasar me suplicó que pusiera esta rosa en la solapa de mi abrigo. Y me pidió que si usted me invitaba a cenar, por favor le dijera que ella lo está esperando en el restaurante que está cruzando la calle. Dijo que era algo así como una prueba!'" No es difícil entender y admirar la sabiduría de Miss Maynell. La verdadera naturaleza del corazón se descubre en su respuesta a lo que no es atractivo.


Esta bonita historia me la envió una amiga argentina, en la que se demuestra que la apariencia no es todo.

Abloggeraje


Después de ciertas dudas e indecisiones, al fin me decido a realizar este abloggeraje de lleno y poder en cierto modo compartir con toda persona que lo deseé aquellos retales que pasan por esta cabeza, así como las ideas "prestadas" del resto de actores que forman parte de mi vida.

Espero que la idea no sea motivo de aburrimiento, ni que la NASA tenga que venir a mi rescate, mientras tanto, nos encontramos a través de éstas, nuestras líneas.
Hasta pronto!