viernes, diciembre 09, 2011

Caminho Santiago


Este verano completé por segunda vez ese reto con connotaciones deportivas, culturales, sociales y de cualquier otro índole conocido con el nombre de Camino de Santiago. Si la vez anterior recorrí parte del camino francés en su transcurrir por tierras gallegas, esta vez disponía de 10 días para realizar los 235 kilómetros del Camino Portugués que separaban Oporto con Santiago.
¿ Y por qué Portugal? Estaba buscando un origen que me permitiera alcanzar Santiago en 10 días; que a su vez tuviera un fácil acceso por avión para aprovechar más el tiempo y por supuesto que no coincidiera con el tramo de mi anterior aventura. Entre las distintas opciones barajadas, Oporto era el destino que cumplía todos los requisitos mencionados previamente. Sinceramente no me arrepiento de nada por la decisión tomada.

¿Cuál es la diferencia entre el Camino español o portugúes? Mis primeros cinco días de caminata transcurrieron por suelo portugués. Allí pude disfrutar de un camino más plácido, sin prisas, en el que era más sencillo disfrutar del paisaje, de sus gentes, sus pueblos. Cada uno de ellos tenía su encanto, pero yo destacaría Barcelos y Ponte de Lima por su preciosidad.
Los albergues de Portugal, son nuevos y están muy bien cuidados pero no son tan numerosos como en España, por lo que salvo que quieras permanecer en un albergue privado tus etapas deben seguir el son de los escasos albergues oficiales.

Cruzado el puente que une a España y cuya frontera delimita el río Miño entre Valença do Minho y Tui, empieza la locura y avalancha peregrina, convirtiéndose el camino en una " contra reloj" para alcanzar una de las deseadas camas que ofrece el albergue público. Por suerte una vez en España el número de albergues se incrementa, por lo que puedes flexibilizar más tus etapas. Incluso puedes acudir a los privados, pero siempre es grato poder dormir en los públicos para encontrarte con peregrinos compañeros de fatiga. Venidos de distintos rincones del planeta con ellos compartes sufrimiento, momentos de relajación del día pero sobre todo solidaridad con cada gesto, palabra, silencios, aliento y sonrisa compartida. Los pueblos de España también son muy bonitos. A mi me gustó mucho Tui.

Es cierto que el camino lo va haciendo uno solo y realmente es eso lo que yo aconsejo, que cada persona siga el ritmo que le marca su cuerpo. Durante el mismo siempre encontrarás a alguien con quien compartir conversación, a veces harás etapas enteras con más peregrinos, otras irás solo un trozo de la misma, incluso alguna etapa la harás sin compañía. No hay que tener miedo al hecho de andar tramos solo, pues permite a uno mismo conocerse mejor y poder reflexionar de todo lo que te rodea en cuerpo y alma, que es lo que vendría a ser tu camino interior.

Una vez en Santiago te recorre una alegría inmensa al alcanzar el objetivo. Cada camino es una experiencia nueva, en la que el destino te regalará nuevos compañeros de viaje. Experiencia muy enriquecedora que recomiendo sin dudarlo. Cualquier gota de lluvia que se os presente, ampolla o cansancio físico que aparezca es mínimo ante la aventura experimentada, la convivencia y la satisfacción de haberlo completado.

Buen camino! Ultreia!

1 comentario:

amelche dijo...

A mí me gustaría hacer el camino algún día. Ya veremos cuándo.