tengo en un baúl dos mil recuerdos que quedaron
de aquel tiempo donde guardo la ilusión
Dos mil recuerdos. Pedro Guerra
"El hecho de ser habitados por una nostalgia incomprensible sería, al fin y al cabo, el indicio de que hay un más allá". Eugene Ionesco
Lo siento, soy un nostálgico empedernido.
Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón. A su vez también había un barquito chiquitito que no podía, no podía navegar.
Estaban los típicos
juegos; había airgamboys, cochecitos, hormigas (que gran juguete), chapas emulando a nuestro Perico Delgado, canicas (las había churreras, franchutes...) y guas que me trajeron algunas de las paranoias de mi vida. Había marro sale, churro va, matar, pies quietos, un dos, tres al escondite inglés, la comba, la goma...al fútbol, baloncesto, sin porterías, canastas ni pelotas, un simple bote de zumo (como dolía cuando te daba en la espinilla), uno de batido o la bola de papel de aluminio de tu bocata hacían el mismo efecto.
Mientras hacíamos de perrito guardián, rompíamos la olla y nuestras madres nunca nos riñeron por eso. El nivel de compañerismo estaba patente, y aunque fuera por mi primero, también era por todos mis compañeros. A veces eras de azúcar, otras madre, otras de mentis o de veras y por momentos te convertías en capitán de un barco inglés y elegías entre rubias o morenas. Luego ya vino el conejo de la suerte, heredero del beso, atrevido y verdad.
Por suerte tuve una infancia mixta, y he de confesar q a veces probaba a la comba, pero nunca tuve éxito pues siempre me daba al entrar ¡que torpe! Y también hice mis escarceos con la goma, jaja a un juego que se llamaba “el abuelo esta loco, porque se ha comido un moco......”q bonita letra. Allí si que obtuve algo más de éxito....
El
Cole. Público. Lo primero que hacíamos cada mañana era cantar el himno:
Amanecer, ya brilla el sol,
lanzar al aire una canción,
somos juventud llena de ilusión
que marcha al paso del poder,
somos arco y puente del futuro y del ayer.
Siembra hierba buena labrador,
que mañana sonreirá la flor”
Apenas ya gente lo conoce ni lo recuerda…
Juventud llena de ilusión que cada día pedíamos un deseo o intentábamos crear un mundo mejor. Me acuerdo que me tocó el día que explotó el challenger...y pedí por aquellos astronautas que habían muerto. Allí aprendí casi todo, me abrieron la cabeza y no sólo educativamente, algunos puntos lo confirman. Canté o cantuve en el coro, comencé los deportes...amistades. Aprendí a escribir y gracias a las torturas veraniegas de mi madre con el señor Rubio, mejoré mi caligrafía y hoy puede ser algo decente. Y es que era horrible tener que hacer una hoja de caligrafía o resolver un problema del cuadernillo Rubio al día. Una cosa tan simple parecía enorme y te enfadabas...igual que para copiar los odiosos “Recuerdas” de tu libro de lengua o matemáticas, tenías todo el finde para hacerlo y lo acababas el domingo de noche.
Odié las tres figuritas de plastilina que me hacían llevar cada día para mejorar mi psicomotricidad manual. Aprendí a leer más, alguna vez caían copias pero las menos. Y las tablas de multiplicar con la ayuda de Enrique y Ana.
Fui delegado en 5º, pero entonces no sabía lo que era la política, dudo que alguien lo sepa hoy en día. Peleas también hubieron, aunque fui bastante más pacífico que en la guardería.
Todavía existía EGB, aunque siempre se escuchaban los ecos de que nos cogería la ESO. Había también unas ciencias naturales y hasta otras sociales.
Los juegos de temporada constituían toda una moda: los globos de agua, las canicas, las trenzas, la mano que se pegaba, las peonzas...como todo en esta vida se movían por ciclos pero en el cole se notaban más, quizás eramos más vulnerables y caíamos más fácil. Igual que con las marcas. Recuerdo los botes de alubias y garbanzos llenos de líquido rosa para los dientes....el cole era mucho cole.
Se terminaba y de vuelta a casa apenas tenías tiempo para beberte un vaso de leche y encender
la televisión, pues era lo único que existía. Sólo la primera y la segunda, no había la 2 por aquellos años. Pero la segunda era más minoritaria que ahora. Me acuerdo a veces de esperar hasta las 7 de la tarde o así a que empezara la programación mientras veía la carta de ajuste. En la primera mientras encendías la tele y empezaba Barrio Sesamo, !que gran programa didáctico!; Espinete, don Pimpón, Chema, Julián, Ana, Ruth Gabriel y “pintar pintar pintar sin parar, mojar y extender y vuelta a empezar”,...Coco, Gustavo, el conde Drácula, Epi y Blas...
El planeta imaginario era muy extraño lleno de sombras, sonidos y colores. El Kiosco, con Verónica y Pepe Soplillo seguidores de la estela marcada por Torrebruno y Horacio Pinchadiscos y poco más.
Eso si no te ibas con tu madre al trabajo o a algún mandado, entonces la tarde se te hacía eterna y super aburrida. Me acuerdo un día del 82, creo que visitó el Papa España y no hacían dibujos...sólo la retransmisión de su llegada y yo esperando hasta casi la noche a ver si los empezaban...menuda semana nos dio el Papa.
Si te levantabas temprano, antes de las 7 tenías 5 minutitos de dibujos o bien podías ponerte en forma con Eva Nasarre. Los fines de semana eran eternos; las caminatas plaza arriba, plaza para abajo, mercadillo paseos interminables. El tiempo no pasaba, sólo había ratos de la bola de cristal en los que se te concedía alguna tregua. Miscelánea llena de música, cine, teatro y espectáculos. Cuna de grandes artistas de este país. Alaska, Carbonell, Pedro Reyes, Kiko Veneno, Radio futura....y la familia monster y también una serie en blanco y negro de un chaval que tenía un matojo de pelos levantado, Alfalfa........y las figuras esas de plastilina. Y los domingos ibas a la playa desde que abrían hasta que cerraban.
A la hora de comer el finde se estiraban un poco y compartías viajes con Willy Fog, te batías en duelo con Dartacan por la bella Juliette o te sumergías en el mundo fantástico de dragones y mazmorras.Era lo que se llamaba la sobremesa, término que se extinguió del diccionario hace unos años. Y si coincidía ésta en verano, compartías mil aventuras en vez de siesta con mil series; el equipo A, el halcón callejero, el gran héroe americano, el coche fantástico, Fama...emulando a Leroy Johnson. También estaba V y sus murciélagos comerratas, y los viernes por la noche esperaba para ver el un, dos, tres, el final del cual el sueño siempre raptaba.
Las colecciones de cromos, especialmente de fútbol, los muñequitos del cola-cao de las olimpiadas de Los Angeles o las figuritas de fútbol del Vit, otro cacao. Los bocadillos de nocilla, tulicrem. El bollicao, la merienda de una pieza, los chicles de peseta, los phoskitos. Somos los conguitos. La tarta de chocolate y galletas Río que te preparaba tu madre para tu cumpleaños. O levantábamos la mirada al cielo cuando escuchábamos el menor ruido esperando que el helicóptero del Tulipán bajara a entrevistarnos. Pero claro éramos enanos que todavía no tomábamos plantavit. Las máquinas de bolas pinball artesanas formadas con clavos, pinzas y gomas. El cinexin, primer cine de barrio o de sábanas blancas. Lleva sombrero, tiene gafas...quién es quién?
Las pelis esas q tanto nos gustaban....las sagas de loca academia de policía, superman, los cazafantasmas, la historia interminable siempre a lomos de Atreyu, las pelis de parchís y como no Los Goonies.
De música me acuerdo del Tocata y su concurso de break dance que entonces se llevaba y concursos como si lo se no vengo (atención pregunta), los sabios.....
Pero también existían grandes traumas infantiles. La muerte de David el gnomo, quién no lloró? Como podía terminar todo convirtiéndose en árbol? La muerte de Fernando Martín hizo comerme mucho el tarro con el sentido de la vida, Pero fue sobre todo el video de Thriller de Michael Jackson el que me inculcó el miedo...y a dormir con la cabeza tapada.
Aunque para ser ciertos había gente que nunca moría como el sempiterno Chanquete. Verano tras verano surcaba los bancales de Nerja a bordo de su Dorada...con el tiempo aquel barquito navegó
Foto, el cole a vista de pájaro. Tal día como hoy
Paranoias nocturnas. Bruixot entre 2004-2005