Y unos me llaman chaval,
y otros me dicen caballero.
Alguno no se ha querido pronunciar
El hombre que casi conoció a Michi Panero - Nacho Vegas
Y es que es eso lo que ocurre. La duda que suscitas entre la gente a la hora de llamarte de usted o de tú, te lleva a cuestionarte ¿qué está pasando? Sin duda es el tiempo el único que pasa.
Hoy es un día de cambios; veintitodos, seis manos, enterramos la vela del 2 y alumbramos la del 3…tres décadas.
Parece que todo fuera ayer. Sí, aún me acuerdo perfectamente del día en que nací. Planificador que es uno, lo hice a las 9 de la mañana para llegar a tiempo al cole. Como no podía ser de otra forma nací gruñendo. No me olvidaré nunca de las primeras palabras que le dije a mi madre:
-“ Mamá la próxima vez que me nazcas, haz el favor de preguntarme dónde quiero nacer”
Y es que fijaos, que iban a hacer mis pobrecicos padres, si tengo más años que el HOSPITAL (con mayúsculas pues es el único, casi treinta años con el mismo. Que vergüenza). Como no podían pagar una clínica privada en la ciudad, ni yo que se lo hubiera permitido, tuvieron que buscar alguna alternativa cercana donde traerme al mundo…bueno, de todos modos siempre puedo gritar aquello de que “Nací en el Mediterráneo”.
Nunca he destacado por tener mucha imaginación, pero siendo el primogénito de la familia, tuve que ser un poco autodidacta a la hora de fabricarme mis propios juegos. Una vez obtuve una caja de 24 lápices de colores, cada uno numerado en la parte opuesta a la punta. Eso me motivó a hacer carreras de Fórmula 1 con ellos (y eso que todavía no existía Alonso). Los agrupaba por parejas según su numeración, formando equipos con colores de la misma tonalidad pues estaban numerados desde los colores más cálidos hasta los más fríos. Los iba empujando con mi mano por el suelo, y por supuesto siempre ganaban los tonos amarillos, mi color favorito, los colores cálidos y alegres o el número 16 que era mi preferido al ser mi número de clase. Podéis imaginar como quedaba el neumático-punta de cada lápiz después de cada carrera.
Siempre me gustaron los deportes. De pequeño iba a comprar el periódico deportivo cada domingo y el kiosquero me lo guardaba a nombre de mi padre pensando que era para él, cuando mi padre pasa olímpicamente del tema. En una de esas semanas regalaban un póster con la cara de todos los ciclistas de la vuelta a España 1987. Los recorté uno a uno formando mi pelotón particular siendo arrastrados por mi mano por el suelo. Un número de vueltas determinadas a la mesa del comedor configuraba los kilómetros de cada etapa. Y había altos de montaña, hasta sprints especiales, algunos demarraban, otros hacían la goma…
Con el fútbol me pasó algo similar. Los cromos de los futbolistas, a los que era buen aficionado a gastarme el dinero cada temporada, servían para disputar partidos en mi casa, teniendo por balón un garbanzo. Es curioso porque en vez de liga de las estrellas, la mía era la liga de dibujos animados. De este modo se podía ver en una jornada los siguientes partidos: Dartacan contra Willifog; “Cherlojol" contra Daniel el travieso…etc. Eso si que era deporte, y no lo que hay ahora con tantos millones.
Pero antes de jugar a todo esto estaban las hormigas…pero de eso ya hablé en otra parte.
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Foto, con dos añitos, mamá de bruixot