domingo, septiembre 09, 2007

E-lección


-Nasrudin fijó la conferencia para las dos de la tarde y fue un éxito: se vendieron íntegramente los mil asientos y quedarons más de seiscientas personas fuera, que siguieron la disertación a través de un circuito cerrado de televisión.

A las dos en punto entró un subordinado de Nasrudin e informó que por motivos de fuerza mayor la conferencia se retrasaría. Algunos se levantaron indignados, pidieron que se les devolviera el importe de la entrada y se fueron. Pero aun así permaneció mucha gente dentro y fuera de la sala.

Cuando el reloj señaló las cuatro de la tarde, el maestro sufí aún no había aparecido y la gente fue lentamente abandonando el local y recobrando el dinero de su entrada; al fin y al cabo el horario de trabajo estaba terminando y era la hora de regresar a casa. Cuando dieron las seis, los mil setecientos asistentes iniciales se habían reducido a menos de un centenar.
En ese momento, Nasrudin entró. Parecía completamente borracho y empezó a decir tonterías de mal gusto a una bonita joven que estaba sentada en la primera fila.
Pasada la sorpresa, los asistentes emperzaron a indignarse; ¡cómo, después de hacerse esperar cuatro horas enteras, ese hombre se comportaba de tal manera! Entonces se oyeron algunos murmullos de desaprobación, pero el maestro sufí no les dio ninguna importancia, sino que continuó, a voz en cuelllo, alabando el atractivo de la chica y convidándola a viajar con él a Francia.

>>¡Qué maestro! -pensó Veronika-. Menos mal que yo nunca creí en estas cosas>>

Luego de preferir algunas palabrotas en contra de las personas que protestaban -prosiguió el hombre de la chaqueta-, Nasrudin intentó levantarse y cayó pesadamente al suelo. Indignadas, las personas asistentes decidieron marcharse, diciendo que todo aquello no pasaba de ser puro charlatanismo y que irían a los periódicos a denunciar aquel espectáculo degradante.

Y así el grupo de ofendidos dejó el recinto. Nueve personas continuaron en la sala. Nasrudin se levantó; estaba sobrio, sus ojos irradiaban luz, y había en torno de él un aura de respetabilidad y sabiduría.

- Vosotros, los que os habéis quedado, sois los que me tenéis que oír -dijo-. Habéis pasado por las dos pruebas más duras en el camino espiritual: la paciencia para esperar el momento adecuado y el coraje de no decepcionaros con lo que habéis encontrado. A vosotros os enseñaré

Extracto de Veronika decide morir. Paulo Coelho.


Foto: Arcoiris de los sueños. Bruixot, Santa Pola, 24 de marzo de 2004

9 comentarios:

Des del Raval d'Elx dijo...

Muy buena parábola digna de ser incluida en el Nuevo Testamento (mirado más como un libro de filosofía o de ética que de religión)

amelche dijo...

Tiene razón Des del Raval, es una buena historia. Y la foto también es muy buena. Un abrazo.

Anónimo dijo...

sin duda es de los libros que más me impacto en su momento, gracias por traerlo de nuevo!
besitos

Missing dijo...

Muy bueno, el Dalai Lama debería haber hecho algo parecido!! Jo, cada vez que alguien me cuenta algo sobre un libro me apetece leerlo... Un beso!

bruixot dijo...

des del raval d'elx, Benvingut! Me alegro mucho de que hayas vuelto. La verdad que es una buena historia para tener en cuenta. Aunque no siempre es fácil lograrlo

amelche, gracias por lo de las fotos. Tengo muchas a ver si voy colgando más.

bita, a mi he libro me ha gustado mucho y me ha resultado distinto de lo que pensaba que se podía tratar al principio

missing, yo te lo recomiendo...si es que hay tantos libros por leer y tan poco tiempo..

Teses y papeles protagonistas

εїз Vane εїз dijo...

Ese libro me encanta, es realmente bueno :p
Me hizo recordar o pensar en algunas palabras, como cuando tu pides o deseas una cosa, realmente se te da pero no en la manera que tu esperas, no recibes el don de la paciencia directamente, sino una oportunidad para ser paciente.." saludos.

bruixot dijo...

vane, quizás lo mejor sea no tener grandes expectativas de aquello que deseas recibir o encontrar. Afrontar las cosas con calma. Entonces las sorpresas suelen ser más dulces y mayores.

Un besito

6alilea dijo...

me parece que voy a buscar ese libro...

Merche Pallarés dijo...

Muy interesante la prueba de ese maestro. Aunque, reconozco, que yo hubiera sido una de las que se hubiese marchado. No tengo paciencia. Pero el artículo ha sido una lección muy valiosa. Gracias. Nunca es tarde para aprender. Besotes, M.